Es evidente que el Lugo depende de sí mismo para salvarse matemáticamente. Un punto casi sería la solución, y dos certificarían la permanencia. Incluso no puntuando en los dos partidos que le restan (Eibar y Mirandés), sus probabilidades son elevadas, pero dependería de resultados de terceros. Veamos algunos ejemplos, comenzando por este último caso. Si esta tarde pierde en Ipurúa, bastaría con que el Real Jaén perdiese en Riazor frente a un Dépor al que le basta un punto para ascender, y que el Real Mallorca, en su feudo, no le ganase al Real Murcia, otro aspirante serio a la promoción de ascenso. De esa forma, los lucenses les ganarían a jienenses y mallorquines en caso de triple empate, porque nunca pasarían de los 51 puntos que ya ostentan los del Anxo Carro. Otra probabilidad matemática, dando por perdido el partido de Eibar: que no ganasen esta tarde Castilla, Alavés y Girona, que tampoco alcanzarían los 51 puntos del Lugo. Lo que ya parece más improbable, porque dos juegan en casa (Alavés y Castilla). Hemos contemplado el caso de la derrota en Eibar y la salvación lucense esta tarde, aún perdiendo. De puntuar, sobraría todo lo antedicho y ya no dependeríamos de terceros. De lo contrario, todo quedaría aplazado para el próximo sábado en el Ángel Carro frente al Mirandés.