El gol, una tarea de todo el equipo

M. Pichel LUGO / LA VOZ

CDLUGO

ÓSCAR CELA

El Lugo cerró la pasada temporada como el segundo que menos marcó de toda la categoría, y solo la mitad de los integrantes de su plantilla consiguieron estrenar su casillero realizador

14 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Gusta decir a porteros y zagueros que el no encajar es un trabajo de todo el equipo. Una tarea colectiva, desde el inicio de la presión en los delanteros, hasta los defensas. Lógicamente, en la otra parte del campo, la obra también necesita de todos los engranajes, aunque sean los arietes, los habituales pichichis, quienes se llevan los mayores reconocimientos. No obstante, si el gol cuesta, siempre son bienvenidos los que llegan por las parcelas más inesperadas, las que ofrecen medios y defensores. En el Lugo, el año pasado, se echó en falta una mayor aportación desde ese lado, para evitar que terminase como el segundo menos realizador de la categoría.

En la última jornada del campeonato, se vieron las caras los dos equipos a los que más les costó superar la meta contraria. No es de extrañar que el encuentro terminara con 1-0 para los lucenses, pues el Lugo cerró el campeonato, gracias a ese tanto, con 41. Su rival, el Mirandés, se fue a Segunda B con tan solo 39 a su favor.

Rennella, Pablo y Sandaza

Entre tres futbolistas sumaron más de la mitad de los goles rojiblancos. Los trece del pichichi Enzo Rennella, y los cinco cada uno de Fran Sandaza y Pablo Sánchez. El habitual juego de querencia ofensiva lucense muchas veces se atascaba en la llegada al área, y cuando sobrepasaba el muro rival, adolecía de acierto. Y si los tres mejores en esa parcela no tenían el día atinado, las posibilidades se reducían, hasta el punto de que solo ocho jugadores más, de los 22 de la plantilla (23, incluyendo a Miguel Ángel Tena en la primera vuelta), consiguieron estrenar su cuenta como realizadores.

Tras los tres mencionados aparece Iago (que fue el segundo mejor en este capítulo el curso anterior, con cuatro), con tres goles. Los mismos que consiguió al final Carlos Pita, con el que le marcó al Mirandés en la última jornada. Eso sí, entre las noticias positivas para la escuadra lucense cabe mencionar la descubierta capacidad para el disparo exterior de Fernando Seoane, que se destapó con dos auténticos golazos.

Aportación de los zagueros

Los tantos de los defensas suelen ser un recurso extraordinario, activo sobre todo en las jugadas a balón parado. En córneres y faltas, aprovechan su altura para marcar; su corpulencia, para encontrar mejor huecos. En el caso del Lugo, solo dos consiguieron desquitarse en esas acciones, Víctor Marco, con su imparable testarazo al Zaragoza en el Ángel Carro, tras una falta colgada por Manu. También Víctor Díaz, ya futbolista del Recreativo, quien le marcó al Las Palmas y al Córdoba. También apareció Manu, en su caso, como habitual lanzador de las penas máximas.

Ninguno más de los defensas consiguió aportar su granito de arena realizador, aunque los otros centrales (los Pavón, David Prieto y Jorge, incluso Tena cuando participó), llegaron a tener sus oportunidades para hacerlo. También se quedó de vacío David de Coz, que sí marcó en su primer curso como lucense.

En cuanto a los centrocampistas, Iván Pérez solo pudo celebrar uno, y Álvaro Peña, uno de los que más lo buscó, acabó con dos.

Es significativo que uno de los delanteros, Juanjo, finalizase el curso con su tanteador a cero.