El Club Deportivo Lugo expuso nuevamente su afán competitivo. Los lucenses dominaron de inicio sin problemas en la salida de balón, pero apenas crearon de medio del campo en adelante. Mediada la primera parte, el Alcorcón dispuso de varias ocasiones, neutralizadas por José Juan, lo cual ha dejado de ser noticia tiempo ha. Los alfareros esperaban en medio del campo para, a partir de ahí, aumentar la velocidad y ser verticales. Pese a todo, los gallegos no sufrieron en exceso. Una arrancada de David Ferreiro y una perfecta asistencia hacia la brillante diagonal de Iriome, que cabecea con tanta o más potencia que golpeando con el pie, abrieron el marcador en la única opción ofensiva en todo el encuentro. Ínfimas llegadas y creación limitada. Inconmensurable el trabajo de Ferreiro en la presión y en el apoyo a su lateral, Manu en este caso.
Los rojiblancos defendieron notables con constantes apoyos, líneas ordenadas y sin permitir llegadas locales. Un clínic en este ámbito tan poco valorado, pero de dificultad considerable. El volante Antonio Campillo, novedad en el once, aportó trabajo y posicionamiento. Un obrero en medio del campo ayudando a Fernando Seoane, imperial cada día en la oficina; y escoltado por David López como lanzadera para, con sus pases, penetrar la defensa. Salvo al comienzo por el flanco de Carlos Bellvís, uno de los laterales izquierdos más completos de la categoría, los lucenses no sufrieron por las bandas. El Lugo buscó la verticalidad en los contragolpes. No optimizó este recurso, aunque siempre dio sensación de peligro, muy especialmente en las arrancadas de David Ferreiro. Superávit de balones rifados y déficit de pausa. La fe de David Rodríguez al combatir una pelota que se perdía fue la raíz del desgraciado empate. Juanjo Collantes, un extremo a la vieja usanza, obtuvo un centro en un palmo de terreno.
Sexto partido sin perder. Solo en tres encuentros ha encajado más de un gol sobre dieciocho disputados. Y, ahora, la Ponferradina del asertivo y coherente Manolo Díaz. Un rival que solo ha cedido cuatro puntos como local, pero apenas ha sumado cinco lejos de El Bierzo. En su plantilla, Lolo Pavón, el central con más partidos con el Lugo en Segunda (99); y Diego Seoane, que ayudó a los lucenses hasta su lesión cuando más sufrían en la liga precedente.