Arranca la Segunda más gallega

Iván Antelo REDACCIÓN / LA VOZ

CDLUGO

ALBERTO LÓPEZ

Galicia cuenta con representantes en 16 de los 22 equipos que competirán en la categoría de plata

18 ago 2017 . Actualizado a las 16:27 h.

No todo es Barça y Real Madrid. El fútbol no empieza y termina en Primera. Este fin de semana también arranca la competición de Segunda División, una liga dura, competitiva y normalmente igualada ­-hay excepciones como la del pasado curso-, que comienza con cuatro grandes favoritos: los tres recién descendidos (Sporting, Osasuna y Granada), que son los que cuentan con mayor presupuesto para fichajes gracias al seguro de LaLiga, y el Zaragoza, que ha hecho una gran limpia en su plantilla buscando recuperar la categoría perdida en el 2013. Abren fuego esta tarde los partidos Lorca-Cultural Leonesa (20.00) y Tenerife-Zaragoza (22.00).

Y en esta liga, de 42 jornadas y un play off de regalo para los equipos clasificados entre el tercer y sexto lugar, hay una legión gallega dispuesta demostrar que Galicia no es solo por número de licencias la tercera federación de España. También lo puede ser por calidad. Además del Club Deportivo Lugo, que afrontará su sexta temporada consecutiva en la categoría de plata, hay una treintena de representantes de la comunidad. A 17 de agosto, con dos semanas por delante para ampliar esta cifra, ya se pueden contabilizar 23 jugadores, 4 entrenadores y 2 directores deportivos. Números que es muy probable que se amplíen porque hay futbolistas como Álex López, Juan Domínguez, Yago Bouzón, Luis Fernández, Bicho o David Costas que podrían acabar en un equipo de Segunda perfectamente de aquí al 1 de septiembre, fecha del final del mercado. 

El futbolista gallego tiene tirón y la prueba es que, ahora mismo, solo hay seis conjuntos que no cuentan con representantes de la comunidad: Granada, Cádiz, Oviedo, Sevilla Atlético, Almería -está cerca de rescindir a Iago Díaz- y Lorca. En cambio, equipos como la Cultural Leonesa, Alcorcón o Sporting de Gijón tienen tres y hasta cuatro representantes de la comunidad.

Entre los jugadores, hay de todo: desde debutantes en esta competición como Borja Iglesias (Zaragoza), Miguel Loureiro (Córdoba), Dani Rodríguez (Albacete), Ángel Bastos (Cultural Leonesa) o Samu Araújo (Barcelona B); a auténticos clásicos como Julio Álvarez (Numancia), Trashorras (Rayo Vallecano), Manu (Cltural) o Borja Fernández (Valladolid).

Además, la estadística asegura el éxito de los equipos que tienen jugadores gallegos. La pasada Liga la ganó el Levante de Jason Remeseiro y Róber Pier y el Girona de Richy Álvarez quedó segundo; mientras que hace dos fue el Alavés de Raúl García, Manu Barreiro y Dani Abalo el que fue primero, y el Leganés de Queco Piña, Insua y Toni Dovale el que terminó subcampeón.

Cuatro entrenadores y dos directores deportivos

El fútbol gallego también progresa fuera del verde. Y es que hasta cuatro entrenadores y dos directores deportivos exhibirán sus conocimientos en Segunda. Además, todos ellos destacan por su insultantes juventud.

El mayor de los técnicos es Luis César Sampedro (57 años), con experiencia ya en Primera y que acaba de enrolarse en un proyecto ambicioso como el del Valladolid. Pero los otros tres entrenadores gallegos dan sus primeros pasos en el fútbol profesional: el vigués Diego Martínez (36 años) cambia el Sevilla Atlético por el Osasuna; mientras que el coruñés Rubén de la Barrera (32) y el berciano -criado en A Coruña- José Manuel Aira (41) acaban de ascender a la Cultural Leonesa y al Albacete de forma respectiva. Este póker debería ser en realidad un repóker puesto que David Vidal logró subir al Lorca y la directiva decidió finalmente prescindir de él a pesar de que, tal y como ha denunciado, le habían prometido seguir.

Pero además Galicia cuenta con varios arquitectos deportivos. El compostelano Emilio Viqueira es el director deportivo del Nástic -con el coruñés José Luis Deus trabajando en la base-; mientras que el pontevedrés Braulio Vázquez lo es del Osasuna -con el ferrolano Cata como secretario técnico-, tras abandonar el Valladolid, con el que hizo un gran trabajo.