Hace 45 años, Lugo proyectaba una gran plaza en el viejo Ángel Carro

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

CDLUGO

La plaza de Viana do Castelo muestra la reciente expansión urbana del norte de Lugo
La plaza de Viana do Castelo muestra la reciente expansión urbana del norte de Lugo OSCAR CELA

El nuevo estadio, inaugurado en 1974, aún carecía de iluminación artificial

26 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Una gran plaza para el norte de Lugo ciudad. Esa era la pretensión que circulaba por la capital amurallada hace ahora 45 años, cuando la expansión no había llegado ni de lejos a los niveles que alcanzaría a finales del siglo XX y a principios del XXI. La idea no parecía complicada de entrada: se trataba de crear una plaza, urbanizándola con todo tipo de servicios y levantando bloques de edificios, en el terreno del viejo estadio Ángel Carro.

En el otoño de 1976, ya hacía dos años que el campo de fútbol había dejado de acoger los partidos del CD Lugo. El equipo se había trasladado al recinto construido junto al Miño, que no solo fue el escenario de los partidos del equipo rojiblanco sino que heredó también el nombre del campo de la avenida da Coruña. Que no se hubiese realizado ningún trabajo en el terreno del viejo estadio tenía una explicación, la falta de un plan general de urbanismo en el municipio.

El solar que había albergado el estadio pertenecía a la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de La Coruña y Lugo. El presidente del consejo de administración, Manuel Figueroa, lamentaba en 1976 que los planes no hubiesen avanzado, ya que consideraba que una ciudad como Lugo necesitaba claramente una ampliación del número de viviendas.

El viejo Ángel Carro tardó años en desaparecer del paisaje urbano lucense. Siguió siendo escenario de partidos de algunos equipos locales e incluso, en alguna ocasión, de entrenamientos del Club Deportivo Lugo. No obstante, las ideas que en 1976 no se habían plasmado aún por falta de planeamiento se hicieron realidad. La plaza acabó llevando el nombre de la ciudad portuguesa de Viana do Castelo, que a finales de los setenta se había hermanado con Lugo.

Los proyectos que se esbozaban en 1976, además de las viviendas, incluían un aparcamiento subterráneo y una zona de parque al aire libre. El norte de Lugo acabó logrando espacios públicos en distintas transformaciones, pues cerca de ese terreno, al otro lado de la avenida da Coruña, las antiguas instalaciones de la compañía cárnica Frigsa se convirtieron en un parque con variados servicios e instalaciones. Incluso el auditorio de la ciudad, con el de Magoi acabado pero aún cerrado, está en ese espacio.

La construcción de un nuevo campo de fútbol en Lugo había sido una respuesta a una necesidad, ya que el viejo Ángel Carro acusaba el paso de los años y sus deficiencias estaban a la vista. No obstante, el nuevo también tenía carencias: por ejemplo, aún carecía de iluminación artificial en 1976, dos años después de su inauguración. La luz llegó a ese recinto deportivo, que sigue en pie y que también recibió luego otras reformas. Las obras no fueron, sin embargo, el único cambio: el equipo rojiblanco era entonces un discreto club de Tercera División y hoy se codea con históricos del fútbol en Segunda.

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