«Volver a empezar» es el título de una película de los años 80 de alguna manera vinculada al fútbol, a mi querido Sporting de Gijón. Rodada también en las instalaciones de Mareo, mi escuela de fútbol durante algunos años. Galardonada con un Óscar a la mejor película de habla no inglesa. Los más veteranos la recordarán. Mi otro querido equipo, el CD Lugo, también vuelve a empezar. Cuando se produce un cambio de entrenador en plena competición, todo parte de cero, todo menos los puntos acumulados hasta la fecha. Se renueva todo menos el escudo y la camiseta. Se cambia todo menos la afición. Se transforma todo menos los sentimientos. Se reconstruye todo menos el estadio. En suma, hay un tsunami que envuelve todo y esa alteración persigue eso, agitar, revolucionar, zarandear, cimientos que parecían poco consistentes, escasamente sólidos o insuficientemente resistentes.
Cambiar estructuras físicas es algo relativamente sencillo si cuentas con la maquinaria precisa. Transformar mentes de un día para otro no es ni sencillo ni rápido. Necesita predisposición, voluntad e interés por parte de los protagonistas. Ninguna duda en ello, pero todos estos valores actitudinales tienen que mantenerse en el tiempo porque si no se sufre el síndrome de la gaseosa. Burbujeante en el inicio y apagado al instante.
El rival para comenzar esa transformación no era el más conveniente, pero el calendario no sabe de indulgencias, no entiende de condescendencias, no atiende a la compasión. Viene el líder y este líder asusta. En todo caso, la efervescencia de los inicios bien merece un visitante que esté a la altura en la primera puesta de escena del año.
Los escasos cinco entrenamientos dan para lo que dan, es decir, para motivar, estimular, impulsar y animar en lo estrictamente mental. Lo otro, lo táctico, lo posicional, requiere de cuestiones muy básicas, que se entiendan bien porque el riesgo está en que se atiborre de conceptos y una vez puesto en escena, ni te acuerdas de lo de antes ni tienes claro los de ahora. Magnífico entrenamiento, no hay nada mejor que ver la realidad compitiendo. Tiene la parte negativa de jugarte tres puntos pero hay mucho más positivo si realmente lo que quieres ver es el punto de partida.
Ganó el Celta Fortuna que demostró su posición en la tabla clasificatoria y por tanto se quedó con los tres puntos, y también espero que haya ganado el Lugo. Queda una segunda vuelta completa, más Tarazona. Tiempo suficiente para encontrar el camino pero solo es posible sabiendo a qué puedes jugar y a qué no.