Doble zarpazo de última hora del Ourense CF para imponerse al Lugo (2-1)

El Ourense CF sigue surfeando la ola de la salvación. Es solo la línea de la mitad del torneo en la Primera Federación y, pese a todo, el derbi contra el rocoso CD Lugo puede marcar un antes y un después. Los de azul fueron a remolque todo el encuentro y lograron, con sus últimas balas, asegurar tres puntos de auténtico oro: 2-1.

El enfrentamiento dio comienzo con tintes clásicos de derbi. La presión alta de los visitantes hacía el fútbol más áspero y a los anfitriones les costaba amenazar el área del portero menos batido del grupo. Le costaba a los hombres de Pablo López enlazar dos pases seguidos y en ese escenario se movían mejor los rojiblancos, pese a que no llegaban con facilidad a la referencia en vanguardia que marcaba el debutante argentino, Nico Reniero.

La paciencia de los lucenses obtuvo recompensa en apenas doce minutos. Fue un lanzamiento de esquina que abrió bien Raúl Hernández y remató aún mejor el central Erik Ruiz, especialista que salió mejor parado de los bloqueos, para terminar emparejado con un Andrada más bajo. Testarazo imparable para Marqueta.

El marcador acentuaba la estructura de la escuadra de la ciudad amurallada. Diez jugadores muy juntos delante de Lavín y dificultando las acciones de los locales, que se estrellaban una y otra vez contra un muro bien construido. Solo un error de los rojiblancos en la salida habilitó a Jerin para soltar un disparo que le quedó flojo a las manos del guardameta, ya casi en el ecuador del período inicial. El mismo capitán azulón, tras combinar con Alberto Gil, dejó la bola para el ariete Di Renzo, que remató fuera, muy encimado por su par. El mismo delantero de los ourensanos reclamó penalti en otro balón que colocó Jerin de cabeza en la zona de remate, antes de que el Lugo inquietara de nuevo en el juego de estrategia, en un centro colgado que remató mal Álex Lizancos.

El último arreón de los inquilinos de O Couto llevó el esférico más cerca de la línea de meta, pero solo asustó de verdad una media vuelta de Gonzalo Di Renzo, que no logró embocar el sudamericano.

Para la segunda entrega, López Vidal retiró a sus dos hombres tarjeteados —Jerin y Alberto Gil—, dando entrada a Xesc Fullana en el interior y Josema Raigal en banda. La activación de los azules fue más rápida y, aún así, el muro rojiblanco parecía más alto. En el otro banquillo, Escobar se vio forzado a integrar a Jon Ceberio en la sala de máquinas, remplazando al lesionado Yayo. La disputa se desarrollaba en el terreno que mejor le convenía al Lugo, capaz de frenar a su oponente. Incluso el lateral visitante Marcos Sánchez era capaz de progresar por la izquierda para ensayar un disparo que atrapó Marqueta sin dificultad.

Ángel Sánchez no atinó tras un pase de Josema y, por momentos, parecía que la gasolina se le agotaba a los anfitriones. La entrada de Carbonell y Álex Gil regaba pólvora sobre el césped y en cuanto conectaron con Jairo Noriega las preocupaciones del Lugo fueron en aumento. El coruñés entregó a Josema un servicio que derivó en córner y otro de sus pases sirvió al ariete madrileño para forzar un libre directo que él mismo envió fuera. A dos minutos de agotar el tiempo reglamentario, Jairo recibió de Fullana, se la dio a Carbonell y el empate hizo estallar el derbi. Sin tiempo para el respiro, el interior abrió a Gil y su precisa asistencia la remachó el nueve (vestido con el siete) en la boca de gol. Remontada y jolgorio local, a la vez que golpe al mentón de los lucenses, incapaces de levantarse de la lona.

---

---

---