Gorka Pérez, jugador del Nàstic: «Con Pedro Munitis el equipo tenía una identidad y estábamos a gusto»

MILLÁN GÓMEZ

CDLUGO

El excentral del Lugo compite ahora en el próximo rival de los lucenses

09 may 2025 . Actualizado a las 15:29 h.

Gorka Pérez Garay (Gordexola, 1995) encadena diez titularidades consecutivas en el Nàstic de Tarragona, siguiente contrincante del CD Lugo y que ocupa la quinta posición con tres puntos de ventaja para jugar la promoción de ascenso. El central vizcaíno jugó 28 partidos la temporada pasada con el Lugo, fue el cuarto jugador con más minutos y siendo con diferencia uno de los futbolistas más regulares y eficaces. Un central contundente, ganador de duelos, capacidad al corte, juego aéreo y buen pie.  El Lugo, decimocuarto con los mismos puntos que el equipo que marca el descenso, visita este sábado a su Nàstic en el Nou Estadi de Tarragona (18 horas, agalega.gal, Esport3 y FEFTV)

—¿Cómo se está encontrando durante esta temporada en el Nàstic y en Tarragona?

—Fueron unos primeros meses muy complicados. Tuve una lesión muy grave, una tendinopatía bilateral de Aquiles, y fue duro, sobre todo en lo mental porque no encontrábamos solución, no encontrábamos cómo mejorar. Lo que quieres y te gusta hacer es jugar. Fue muy frustrante y, sobre todo, el dolor del día a día. Me levantaba cojo, no podía andar. A partir de navidad me fui a Pamplona y estuve tres semanitas con José Vilariño trabajando mano a mano para intentar volver. El 7 de enero volví y, a partir de ahí, mejor, empecé a jugar casi desde el principio por circunstancias. Algunas molestias siempre hay, hay semanas mejores y semanas peores porque es una lesión muy complicada, la voy llevando como buenamente puedo, lo mejor posible. Estoy contento de poder volver a disfrutar de jugar al fútbol y de ayudar al equipo.

—¿Cómo es el Nàstic como club?

—Es un club grande, con una masa social importante. Estamos metiendo entre ocho mil y diez mil personas en el estadio. La afición anima mucho. Tenemos lógicamente la presión de los objetivos, pero como en cualquier club que aspira a lo máximo en la categoría. Es un club que tiene una historia importante. 

—¿Cómo describiría el juego de su equipo?

—Somos un equipo que se adapta a todo. Somos capaces de llevar la iniciativa cuando tenemos que llevarla, tenemos jugadores de muy buen pie y somos también un equipo que tenemos jugadores que son muy rápidos y con mucho desborde en transición. Somos un equipo de mucho ritmo, muy intenso, que juega a ritmos altos. 

—¿Qué le pide Dani Vidal a nivel táctico?

—Depende del estilo de partido una cuestión o la otra. He tenido todo tipo de entrenadores y tengo la virtud de saber adaptarme a los diferentes estilos de juego. En eso no tengo ningún problema. El entrenador me conoce bien de antes y yo a él.

—Usted es diestro. ¿Se encuentra más cómodo en el perfil derecho o en el perfil izquierdo?

—Soy diestro, pero por circunstancias de mi carrera he jugado más en el perfil izquierdo porque la pierna izquierda también soy capaz de utilizarla. Me es indiferente. No soy zurdo zurdo, pero me sé adaptar. No tengo problema, me da un poco igual.

—¿Cómo valora el rendimiento de Víctor Narro y Antoñín Cortes, ex compañeros suyos en el Lugo y con los que también comparte equipo ahora?

—Están a un grandísimo nivel. Ya sabes que el fútbol son temporadas. Ahora mismo están con una confianza muy alta, están teniendo la suerte de cara al gol y eso siempre da confianza. Son dos jugadores muy veloces con mucho desborde, hacen mucho daño a las defensas rivales y son muy profundos.

—Ahora el portero titular es Dani Rebollo, pero usted también comparte equipo con un ex del Lugo como Alberto Varo. ¿Habla con él sobre el Lugo? ¿Qué es lo que más le gusta de Alberto Varo?

—Sí, sobre todo cuando llegué hablamos de la ciudad, del club, de dónde vivíamos, de cómo iba la cosa en el club. Fue el portero menos goleado de la categoría la temporada pasada, está más que demostrada su trayectoria. Estoy muy contento de compartir vestuario con él.  Es un gran capitán y estoy encantado con él. 

—Roberto Torres, que es una leyenda de Osasuna, es su compañero de equipo. ¿Qué es lo que más le llama la atención de él?

—Es una persona muy campechana. Es de Pamplona, cerca de Bilbao. Su forma de ser es parecida a la mía. Es un jugador al que he visto siempre en televisión y siempre intentas aprender lo máximo de alguien con esa calidad y esa experiencia. Nos está ayudando en todo lo que puede y está sumando. 

—¿Cómo valora su temporada en Lugo?

—Bueno, fue una temporada complicada. Hubo diferentes cambios de entrenador, no acabamos de dar con la tecla. Es un club que aspira a estar arriba. Fue un poco convulsa. Te la describiría como una temporada de incertidumbre por no saber muy bien qué iba a haber, hubo cambios, hay que adaptarse a los cambios, formas de juego bastante diferentes. Si la cuestión colectiva no va bien tampoco va bien la individual. No fue la mejor temporada, pero se aprende de todo. 

—¿Cómo fue su vida en Lugo más allá de lo futbolístico?

—Estuve muy a gusto. Es una ciudad cómoda y tranquila, como me gusta a mí. Soy una persona muy tranquila. Tengo mucha gente a la que le tengo gran cariño, he ido hablando con ellos esta semana. Es un gran club. Tengo muy buen recuerdo. 

—Usted vivía en la Ronda da Muralla, en el edificio del mural de "Julio César" realizado por el artista Diego As. ¿Qué destaca de esa zona de Lugo?

—(Sonríe). Sí, yo vivía en el cuarto y era espectacular. No se escuchaba nada. El edificio era nuevo y el mural es espectacular. ¡Las vistas que tenía a la muralla ni te cuento! Estaba encantado en esa zona de Lugo porque estabas en el centro, pero un poco apartado. Vivías sin ruido ni jaleos. Guardo muy buen recuerdo. Me quedo con las cosas buenas, no todo es negro y hay que valorar todo. 

—¿Con qué entrenador del Lugo se encontró más cómodo? ¿Cuál fue el mejor momento del Lugo la temporada pasada?

—Te diría que con Pedro Munitis, teníamos una identidad, mejor o peor a nivel resultados, pero estábamos en la pelea cuando fue destituido. Estábamos a tres puntos del play-off. El equipo sabía a lo que jugaba, teníamos una identidad y estábamos a gusto. En el cambio se buscaba algo mejor y la cuestión no fue a mejor. A toro pasado es más fácil decirlo. Son decisiones que no tomamos nosotros y tampoco se puede hacer nada.

—¿Qué compañeros del Lugo le impresionaron más al jugar y entrenar con ellos?

—Teníamos un gran equipo. Más o menos conocía a todos. Jozabed (Sánchez) es un jugador con mucha calidad. A Nacho (Quintana) no lo conocía y me sorprendió mucho para bien. A Johaneko (Louis-Jean) tampoco lo conocía, sabía que lo seguía el Athletic y me preguntaron por él. Leandro (Antonetti) también tuvo una racha goleadora muy buena al final o mediada la temporada y eso les permitió a él y a (Andrés) Castrín fichar por el Sevilla. Teníamos un gran equipo, pero no conseguimos conjuntarnos lo suficiente para conseguir los objetivos. 

—¿Cómo fue el proceso de su no continuidad en el Lugo?

—El director deportivo era David Peláez. Es por quien voy y por Pedro (Munitis). David tenía contrato. Me dijo que aguantase si podía, que él me quería renovar. David es destituido sin él esperarlo y hay un cambio de director deportivo. Yo no hablé con el nuevo director deportivo, habló con mis agentes, les dijo que la situación económica era complicada, que se iban a bajar mucho las fichas. En ningún momento me mandaron ninguna propuesta de renovación, no mostraron mucho interés y yo decidí que no era el sitio donde quería estar. Yo antes hablé con David Peláez, él quería que yo siguiese, me dijo que había hablado con Lolo Escobar y que siguiese. Esto es fútbol, tampoco pasa nada y ya está. 

—¿Qué sintió cuando jugó en Lugo con el Nàstic en la primera vuelta?

—Siempre es especial jugar contra tu ex equipo. Tienes buenos y malos recuerdos. Siempre tienes ese cosquilleo de más. Es bonito ver a gente con la que tienes muy buena relación, charlar con ellos de cómo les va la vida. ¡Eso es lo más bonito del fútbol!

—¿Qué opinión y referencias tiene del Lugo actual?

—Yo no estoy ahí, pero parece que está un poquito convulso, con varios cambios. La tónica de los últimos años son muchos cambios, inesperados o no, no lo sé. No es cosa nuestra, nosotros tenemos que centrarnos en lo deportivo. Ellos sabrán, como digo yo. Es una pena. Los proyectos necesitan un poco de tiempo, nada crece del aire, nada crece en pocos meses o en poco tiempo. Es la pena y la espinita que yo tengo clavada del Lugo. 

—¿Cómo recuerda el partido contra el Atlético de Madrid en Lugo en Copa?

—Fue un partido muy bonito, el campo lleno, me acuerdo que fue el día de Reyes. Con el 1-1 dimos un larguero, no entró de milagro. Si llega a entrar no sabríamos qué hubiese pasado. Seguramente fue el momento más bonito de una dura temporada. Fue una temporada complicada a nivel mental al no estar arriba como deberíamos estar. 

—¿Cuáles fueron los jugadores del Atlético de Madrid que más le llamaron la atención?

—El Atlético de Madrid es uno de los mejores equipos del mundo. A (Memphis) Depay lo marqué más de cerca, me pareció un grandísimo jugador, el tren inferior que tiene, todo el cuerpo, la fuerza física y luego la calidad en la finalización. También (Antoine) Griezmann y (Rodrigo) De Paul me parecieron jugadores top, cómo veían el fútbol antes que los demás, sus movimientos, sus pases. Me impresionaron. 

—Usted fue compañero de Álex Lizancos, Bernardo Cruz y Jorge González. ¿Qué destaca de cada uno de ellos?

—Tengo buena amistad con ellos. Bernardo es un gran capitán. Lizancos y Jorge son dos chavales a los que ya se les veían maneras, son muy buena gente, muy campechanos. Me alegro mucho que Lizancos esté jugando todo y Jorge está jugando mucho también. Jorge es de la cantera, es de Lugo, es el club de su ciudad. Los dos se tienen que sentir orgullosos de haber dado un salto complicado de Tercera FEF a Primera RFEF, tienen que estar contentos por estar dando un buen nivel y el club también tiene que estar contento porque lo que quiere cualquier club es sacar jugadores de la cantera. 

—De central a central. Usted fue compañero del lucense Andrés Castrín. ¿Qué opinión tiene de él a nivel técnico, táctico y físico?

—Andrés me parece un grandísimo central, tenemos muy buena relación, solemos hablar, lo tiene en su mano, está en un gran club y un club que está en un momento donde puede apostar más por la cantera. Es un central muy completo, puede jugar en los dos perfiles, es fuerte, es rápido, tiene la cabeza muy bien amueblada y la mentalidad de querer llegar. Le auguro un gran futuro. 

—También fue compañero del lucense Iago López en la SD Logroñés tanto en Primera FEF como en Segunda División. ¿Cómo lo recuerda?

 —¡Hombre! A Iaguito lo conozco muy bien, tenemos muy buena relación. Lo conocí cuando vino a jugar a Logroño, tenía 20 años, era un niño, venía cedido por el Girona e hicimos muy buena amistad. Durante las dos temporadas que estuve con él creció mucho como jugador y eso le permitió seguir en Segunda unos cuantos años más. Ahora está en el extranjero y seguro que le está yendo muy bien. Es un chico muy campechano, muy cercano y muy buena gente.