El Lugo salva por cuarta vez en su historia un «match ball» en la jornada final
27 may 2025 . Actualizado a las 17:24 h.Lo vivido este sábado en el campo del Amorebieta pasa a ser uno de los capítulos más trascendentales en los 72 años de historia del Club Deportivo Lugo. Era vivir o morir en Urritxe. Seguir a las puertas del fútbol profesional o hundirse en el barro de la Segunda Federación. Y a los albivermellos volvió a caerles la moneda por el lado bueno, como en el 2001, el 2020 y el 2021. En la primera ocasión, el favor del Mensajero los sostuvo en Segunda División B; en el 2020 salieron airosos del match ball en Segunda ante el Mirandés; y un año después fue la sorprendente victoria en Vallecas la que evitó la caída a la categoría de bronce.
Hasta Amorebieta se desplazaron en torno a un centenar de aficionados rojiblancos, la mayoría en el autobús del Concello de Pol que ayudaron a pagar los miembros del cuerpo técnico y de la plantilla. Sufrieron hasta la extenuación y se quedaron con las ganas de festejar la permanencia por la vía rápida. Dado que el Amorebieta cobró ventaja cuando aún se había llegado al ecuador del primer período, los hinchas albivermellos centraron su atención en otros campos más que en el de Urritxe, donde el Lugo jugaba con fuego y se exponía a un drama.
Tras el partido, momentos de espera porque en otros escenarios aún no se había señalado el pitido final, y después jolgorio entre los futbolistas, el cuerpo técnico y los aficionados, que regresaron a la capital amurallada con la satisfacción por la permanencia y ya expectantes por la venta del club a un grupo de inversión mexicano. Si no hay un giro de timón en las negociaciones, en los próximos días se producirá lo que tantas y tantas veces ha reclamado el Ángel Carro: Tino Saqués dejará de tener el control de la entidad diez años después.