Jon Ceberio, exjugador del CD Lugo: «El día a día era muy bueno, demostraba que el club es muy profesional»

MILLÁN GÓMEZ LUGO

CDLUGO

Jon Ceberio, durante un partido con el Lugo
Jon Ceberio, durante un partido con el Lugo CEDIDA

El versátil centrocampista analiza su temporada en Lugo tras no renovar

11 ago 2025 . Actualizado a las 21:40 h.

Jon Ceberio Mutuberria (Donostia-San Sebastián, 1996) jugó la pasada temporada en el Club Deportivo Lugo compitiendo en dieciséis partidos encadenando dos tramos de tres titularidades consecutivas, primero con Lolo Escobar como primer entrenador y posteriormente con Toni Seligrat. Mediocentro e interior formado en la cantera de la Real Sociedad y que también tuvo experiencia en los equipos sub-23 y sub-21 del Bolton Wanderers FC. Mediocampista versátil y polivalente de construcción, llegada, recuperación y equilibrio.

—¿Cómo es su día a día manteniéndose en forma y buscando equipo?

 —Aprovechando también para estar con familia y amigos, que luego durante el año pasamos mucho tiempo fuera. Entreno y hago campo. Yo estoy con un preparador. Entreno por la mañana, salgo a correr con algún amigo, a jugar al pádel o lo que sea. Ahora ya intentando mantener un poco la forma para donde haya que ir pues llevar las mejores condiciones posibles. Tengo un preparador que me manda todo el trabajo. Entonces, yo voy al gimnasio y lo hago. También voy a un campo que tengo acceso aquí al lado de mi casa en Donosti y voy haciendo ese trabajo. 

—¿Cómo valora su etapa en el Club Deportivo Lugo?

 —Bueno, evidentemente ha sido complicada a nivel personal porque yo sabía y ahora lo tengo más claro que las lesiones son la parte más complicada del fútbol. Tuve un inicio complicado por una lesión que venía arrastrando de la temporada anterior y que no conseguí recuperar bien. La fui arrastrando durante gran parte de la temporada porque, ya sea por la lesión o no, al final tenía dolores y han provocado que haya sido bastante complicado. Es verdad que ha habido momentos donde he conseguido abstraerme de eso, disfrutar del día a día de los compañeros y de todo, pero otra lesión tonta por el medio me paró y te hace que quizás arrancar sea más difícil, pero mi balance es de mucho aprendizaje, de compañerismo, de ser capaz de lidiar con todo y que seguramente me haga más fuerte de cara a la próxima temporada. En otros tramos de la temporada me he sentido bien, no te voy a decir que la temporada haya sido tan complicada. De hecho, ha habido muchos meses en los que he podido entrenar de forma continua, ya sea con más o menos dolor, pero considero que he podido estar disponible en muchas jornadas. Ahora en verano estoy tratando de recuperar sensaciones, volver a estar bien. Me ha venido bien este parón para recuperarme. Ahora ya estoy entrenando fuerte con muy buenas sensaciones y ya bastante olvidadas todas esas molestias que he ido teniendo. Entonces, estoy contento con lo que pueda venir.

—¿Cómo fue su vida en Lugo más allá de lo futbolístico?

 —Por suerte, con mi pareja nos acoplamos muy bien a la mayoría de ciudades, a compañeros, a parejas cuando vivimos fuera. Teníamos también amigos muy cercanos viviendo en A Coruña, hemos hecho mucha vida en A Coruña también. Lugo es una ciudad muy cómoda para vivir, hemos estado muy a gusto. Al final, todo son etapas. Galicia, de hecho, es parecida a Euskadi en ese sentido y es una zona que nos encanta para vivir.

—¿Cómo era el Club Deportivo Lugo como club?

—El día a día en el club era muy bueno. Es un club que estuvo en el fútbol profesional. El campo de entrenamiento, las instalaciones, el gimnasio, el servicio médico, el desayunar todos juntos demuestra que es un club muy profesional y el día a día se pasa muy, muy bien. 

—¿Cuáles son los momentos positivos que destaca de su temporada pasada? Encadenó tres titularidades consecutivas con Lolo Escobar y también con Toni Seligrat. 

—Mi objetivo era estar lo mejor posible y disponible para el míster. Por suerte, he tenido momentos en los que han confiado en mí y, aunque no haya sido siempre titular, los dos entrenadores confiaron bastante en mí. Y también Álex (Ortiz), aunque solo fueron tres partidos al final. Me quedo con el día del gol en Lezama, fue especial para mí, tenía a toda mi familia en la grada y fue un partido que recuerdo que acabé con buenas sensaciones y fue un punto de inflexión para darle la vuelta a cómo iba temporada. También me quedo con el primer partido en el que participé, que fue en Barcelona contra el Barça Atlètic. Y también mi primera titularidad en Tarazona. En Barcelona fue mi primer partido con el Lugo después de pasar un proceso tan difícil y tan complicado. Casualmente también estaba mi familia en la grada tanto en Barcelona como en Tarazona y en Lezama. Fue un momento muy especial. El apoyo de la familia y de mi pareja son muy especiales. 

—Lolo Escobar siempre le elogió cuando estuvo de baja. ¿Cómo fue su relación con él?

—Lo agradecí, evidentemente. Lolo tuvo mucho que ver en mi fichaje por el Lugo, aunque Roberto (Sáez) también me quería. Los dos tuvieron mucho que ver en que yo fichase por el Lugo. Lolo confió mucho siempre en mí. Los resultados y mi rendimiento podrían haber sido más altos. Después de un proceso largo es difícil dar un rendimiento muy alto, la temporada no para y Lolo tuvo que hacer cambios. Le estoy muy agradecido a Lolo porque siempre tuve su confianza y siempre sentí que apostaba por mí. Yo también confiaba en que podía aportar bastante al equipo. Estoy muy agradecido a Lolo y a Roberto Sáez. 

«Yo también sentía que era importante para mí sentirme profesional en el día a día, con una afición y un estadio como los del Lugo»

—¿Qué referencias tenía previamente a su fichaje por el CD Lugo y a quién le pidió referencias?

—Pues ya con el nombre del Lugo tampoco necesitas pedir demasiadas referencias porque es un club que viene de jugar once temporadas en Segunda. Yo también sentía que era importante para mí sentirme profesional en el día a día, con una afición y un estadio como los del Lugo. El Lugo reunía todos esos requisitos que yo quería. Yo sabía que Lolo me conocía, mostró mucho interés en mí. Me acuerdo de hablar con José Carlos (Ramírez), con el que jugué en el San Fernando. Le pedí referencias, pero no necesité tampoco demasiado.

—¿Prefiere jugar como seis, como ocho o como diez, es decir, como mediocentro, como interior o como mediapunta?

—He tenido la suerte de jugar en las tres posiciones del centro del campo. Esta última temporada he participado más de diez, la temporada anterior en el Intercity en un doble pivote jugando mucho de ocho y años anteriores alternando esas posiciones. Donde más a gusto he jugado y donde más rendimiento he dado es de ocho, es donde más a gusto estoy, donde puedo participar en la base de la jugada, tener también llegada de segunda línea y presionar hacia adelante. Es donde mejor me encuentro, ya sea en doble pivote o con tres alturas en el centro del campo porque los jugadores, al final, se van moviendo. Me gusta más jugar partiendo desde la base y luego poder llegar desde segunda línea en esa posición de seis o de ocho.

—¿Ha tenido conversaciones con el Lugo para negociar una renovación o para comunicarle que no tenía oferta?

 —Yo entendía que mi situación era complicada después de la temporada que habíamos tenido. No hemos llegado a tener grandes comunicaciones. Yo entendía que era una etapa que se iba a cerrar. Así lo entendí. 

—¿Cómo recuerda su etapa en la cantera de la Real Sociedad?

 —Todas mis enseñanzas y mis primeros años de fútbol fueron en la Real. También estuve en el Antiguoko, pero, sobre todo, en la cantera de la Real, donde estuve seis o siete años. La Real es un club muy grande donde trabajan muy bien la cantera y donde me formé. La Real me formó y tiene la culpa del jugador que soy hoy en día. 

—¿Cómo valora su etapa en un club exitoso de formación como es el Antiguoko de Donostia-San Sebastián?

 —También le tengo mucho cariño. Hemos visto que han salido grandes jugadores desde el Antiguoko. Es un club mítico de Donosti y también apostó por mí. Yo fui muy protagonista en esos años y tengo un recuerdo muy bueno. De ahí ya di el salto a Segunda B, a todo este fútbol y ahí ya tienes que ir ganándotelo poco a poco para ver hasta dónde llegas.

 —¿Qué entrenadores le han marcado más en la Real Sociedad?

 —Recuerdo con bastante cariño a Beñat San José, que está ahora entrenando en el Eibar.  Me tuvo un año que yo estaba cedido, pero entrenaba mucho con él, iba a los torneos, éramos pequeños todavía. Es el primer recuerdo que tengo. De hecho, cuando tuve la opción de irme al Bolton recuerdo hablar con él y me dio la confianza para ir allí y hacerlo bien. Él sabía que yo iba a hacerlo bien en Inglaterra. Ha tenido una trayectoria de la hostia. He coincidido con otros entrenadores, como el propio Imanol (Alguacil), que ha estado muchos años en el primer equipo de la Real. Cada entrenador me aportó diferentes cuestiones y han hecho que sea el jugador más completo posible. 

 —¿Con qué compañeros tuvo más empatía futbolística durante su etapa en la Real Sociedad?

 —La mayoría de los años de la Real fueron de pequeño. Pasé por la Real C, por el Berio FT (Fútbol Taldea) en este caso, donde compartí equipo con muchos jugadores que están hoy en día en Primera División. Por desgracia, de la mayoría de jugadores que tengo muy buen recuerdo no han llegado a tanto nivel como esperábamos. Con (Ander) Gorostidi, que ahora está en el Racing de Ferrol, tengo muy buen recuerdo. También con Roberto Olabe. Con Martín Zubimendi recuerdo compartir entrenamientos y decir: "¡Joder, tiene buena pinta!". ¡Pero no tanta como al nivel al que ha llegado! En un club como la Real coincides con jugadores que hoy día son élite. De todos los compañeros intentas aprender, todo sirve para enriquecernos, para aprender de todos los entrenadores y jugadores. ¡Seguramente incluso alguno habrá aprendido algo de mí! (se ríe). Al final, al ser de Donosti mantienes muchas amistades que tienes hoy en día, como es el caso de (Alexander) Petxarroman, que es de mis mejores amigos y compartí vestuario con él. De todos sacas cuestiones muy especiales. 

 —La Real Sociedad cuida mucho Gipuzkoa, la provincia. ¿Es especial para un donostiarra jugar en la Real?

 —Sí, la Real lleva años demostrando que es una cantera muy especial donde se cuida mucho el detalle, se cuida mucho al jugador, se dan muchas oportunidades y para un donostiarra es muy especial estar en la Real. En los primeros años igual no eres tan consciente, eres un niño. Sí, qué guay, estoy en la Real. Pero no eres tan consciente que, hostia, igual en el día de mañana puedes estar en el primer equipo según te vas acercando, pero por desgracia no pude debutar en el filial, en el Sanse. Es muy especial el dar pasos en el club de tu vida, ser capaz de crecer y llegar arriba. 

 —¿Cómo surge la opción de fichar por el Bolton Wanderers en 2015?

 —Pues, mira, yo recuerdo que estaba en el Antiguoko en ese momento. Mi agente me llamó un día para tomar un café. Me dijo que tenía una opción de ir a hacer una prueba durante una semana. Me fui para allá. Solo lo sabía mi entrenador del Antiguoko, que era Arkaitz Lakanbra, que ha estado muchos años en el Eibar. No se lo dijimos a nadie más. Mis compañeros y mis amigos no lo sabían. Me ausenté, no sé qué excusa dimos (se ríe). Me fue muy bien, las sensaciones fueron buenas. Pronto me dijeron que querían contar conmigo para la temporada siguiente. La verdad es que no me lo pensé. Tenía 18 años, era una oportunidad muy bonita, iba a ser también la primera vez que salía de Donosti, ganaba un sueldo, vivía del fútbol y quería aprovecharlo. Es verdad que no tenía los conocimientos que tengo hoy en día respecto a todo lo que conlleva ser futbolista, pero fue una experiencia muy, muy enriquecedora, muy bonita, la recuerdo con mucho cariño y encima conocí allí a la que es mi pareja hoy día después de diez años. También por esa parte fue especial (se ríe). 

 —Jugó una temporada en el Bolton en los equipos sub-23 y sub-21. ¿Qué diferencias encontró entre lo que es un equipo filial en Inglaterra con respecto a lo que es la cantera en España y en Euskadi?

—Han pasado nueve, diez años. Mi equipo era muy físico, se trabajaba mucho en el gimnasio, cuerpos atléticos, jugadores muy fuertes y muy rápidos. Yo era el distinto. En ese momento no se veía tanto ese juego más físico, pero se cuidaban mucho también todos los detalles. La cantera se trabajaba muy bien en Inglaterra, se daban también muchas oportunidades a jugadores del filial, entrenaban con el primer equipo en ocasiones, se vivía mucho más el fútbol, desde pequeños sabían que querían ser futbolistas, dejaban a veces de lado los estudios para centrarse mucho en el fútbol desde categorías muy pequeñas. El fútbol era muy especial en los estadios. En Inglaterra se vive el fútbol de una manera muy pasional y muy intensa desde muy pequeño. 

 —¿Qué mensaje le envía a la afición del Lugo con este nuevo proyecto y cambio de propiedad? Imagino que usted también vivió ese proceso desde dentro. 

 —Sí. Seguro que la nueva propiedad tiene muchas ganas y mucha ilusión de hacer las cosas bien. Que apoyen y ayuden mucho al jugador, que todo eso luego en el día a día se nota mucho y hace que un equipo que igual es de mitad de clasificación consiga estar arriba o que esté arriba y consiga dar el paso de ascender. La afición es siempre muy importante. Decirles que apoyen, que ayuden, que animen y que con esa ilusión que tienen ahora seguro que pueden conseguir objetivos bonitos esta temporada.

 —¿Qué referencias tiene de otro donostiarra como es Jon Merino?

 —Lo conozco muy poquito, no tengo muchas referencias. Casualmente el otro día un amigo me dijo que era primo de uno de su cuadrilla. No lo conozco personalmente. Seguro que se acopla bien a la ciudad y le deseo todo lo mejor.