Cambio climático: el reto de acabar con la pandemia medioambiental

Vegalsa-Eroski se enfrenta día a día al reto de gestionar de manera responsable sus recursos para asumir una posición sostenible dentro del tejido empresarial. Hoy, Día Mundial del Medio Ambiente, explicamos cómo esta compañía se posiciona a la vanguardia en sostenibilidad
Hay una pandemia a la que no siempre se le ha prestado la atención que merecía. Se trata de un acuciante problema medioambiental que también tiene negacionistas, que causa estragos en la salud pública y que, de no frenarla, puede tener consecuencias devastadoras. El cambio climático es ya una realidad y es responsabilidad de todos que sus efectos empiecen a minimizarse. El tejido empresarial debería llevar la delantera a la hora de idear iniciativas con las que promover la vida sostenible. Un ejemplo de buena praxis, en este caso, es Vegalsa-Eroski. La compañia distribuidora de alimentos lleva años luchando para reducir el impacto medioambiental a través de una gestión responsable. Aprovechando que hoy es el Día Mundial del Medio Ambiente enumeramos algunos de los retos a los que se ha enfrentado esta compañía para convertirse en un referente de la sostenibilidad.
Lo importante, aseguran desde Vegalsa-Eroski, es trabajar desde una perspectiva del uso eficiente de los recursos necesarios para realizar su actividad, así como a través de acciones concretas de sensibilización y conocimiento de la mejora medioambiental. En Vegalsa-Eroski han establecido el ODS13 (Lucha contra el cambio climático) y el ODS12 (Producción y consumo responsables) como dos de sus 5 ODS prioritarios, porque creen que deben de ser las metas en las que basar su estrategia global de sostenibilidad. Gracias a ello siguen contribuyendo a reducir el impacto ambiental que genera su actividad y luchar contra el cambio climático.
Para alcanzar estos retos, mantienen el objetivo de reducir su consumo de plástico convencional en envases y embalajes. Por ejemplo, los envases utilizados en su gama ecológica de productos frescos de marca propia tienen en cuenta criterios ambientales y de ecodiseño. También han extendido el uso de bolsas compostables, 100% biodegradables y elaboradas con fécula vegetal, en las secciones de frescos de toda su red comercial, lo que se traduce en una reducción de 150 toneladas de plástico al año y 500 toneladas de CO2.
Año tras año continúan reforzando su posición en la gestión de los residuos y en el impulso de una economía circular. En 2020 colaboraron con varias ONGs para la gestión responsable de materiales textiles usados, obteniendo fondos para proyectos de carácter social. De esta forma, desde Vegalsa-Eroski apuestan por la economía circular como palanca de cambio y crecimiento ambiental y social. Además, se han sumado al proyecto europeo ECOVAL en colaboración con Cetaqua Galicia, una iniciativa que persigue obtener bioproductos de alto valor añadido a partir de lodos de depuradora y la valorización de residuos orgánicos urbanos.
"La gestión responsable de los residuos es estratégica para nosotros, por eso contamos con el programa ‘Desarrollo Sostenible. Residuo Cero' con el que han gestionado 12.688.036 kilos de residuos en el último año, un 5,5% más respecto al ejercicio anterior, provenientes tanto de nuestra actividad comercial como de los puntos limpios para los clientes en nuestras tiendas" declara Ricardo Castro, director de calidad y medioambiente de Vegalsa- Eroski; y añade "Otra línea de trabajo es la reducción del desperdicio alimentario en con el objetivo de ‘Desperdicio Cero', garantizando que ningún alimento apto para el consumo sea desechado, gracias a la donación directa a entidades sociales y a los descuentos por fecha de caducidad próxima, evitando en 2020 el desperdicio de 10.975 toneladas de alimentos. En el caso de los alimentos que ya no son aptos para el consumo se les da una segunda oportunidad entregándolos a empresas especializadas que se encargan de procesarlos para obtener harinas, a alimentación animal o grasas para la industria cosmética"

Logística más eficiente para un desarrollo sostenible
Por otro lado, apuestan por tiendas ecoeficientes con medidas de eficiencia energética en iluminación, climatización o monitorización automatizada, implementando mejoras en sus instalaciones, procesos y productos para garantizar una gestión empresarial sostenible. Gracias a esta apuesta han reducido un 35% el consumo energético sus establecimientos, lo que les permite ahorrar 20 millones de kwh al año, reduciendo la emisión de 7,8 millones de Kg/Co2 al año.
Las principales medidas que se enmarcan dentro de su compromiso de reducción y eficiencia energética son: pasar de la iluminación led en las instalaciones, conseguir una gestión autimatizada en las mismas, monitorizar los consumos eléctricos, eliminar los hornos de gas y sustituir los fabricadores refrigerados por agua.
En el caso de Vegalsa también tienen camino recorrido, ya que han logrado reducir un 25% las emisiones de CO2 en los últimos cinco años (2015-2020), a través de las medidas implantadas como la optimización de rutas, la renovación de la flota de transporte o la eficiencia en el llenado de camiones o la gestión de envases reutilizables. Un hito que fue reconocido por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC) que le otorgó la primera estrella Lean & Green, convirtiéndose en la primera empresa del sector de la distribución alimentaria en Galicia en obtener este reconocimiento.
La eficiencia a lo largo de la cadena de suministro es un compromiso fundamental para desarrollar su actividad de forma más sostenible. Para ello, impulsan un aprovisionamiento más eficiente, trabajan para contar con vehículos menos contaminantes, promueven plataformas más sostenibles y potencian la logística inversa y la optimización de la logística urbana.

Producto local
La amplia oferta de productos de proximidad y frescos de temporada también contribuye al medioambiente. Año tras año, desde Vegalsa-Eroski, siguen incrementando su compromiso con los productos locales, aumentando la inversión en compras y trabajando mano a mano con sus proveedores ya que apostar por los productos locales es apostar por los productos de km0 gracias a la compra en origen en las lonjas gallegas (Burela, Celeiro, A Coruña, Laxe, Ribeira y Vigo), en las cooperativas de la huerta gallega y en las ganaderías, o el pan que cada día se reparte en las tiendas cercanas. Esta apuesta aporta un doble valor añadido a los clientes, ya que la proximidad de los productos consumidos repercute en el entorno y contribuye a una cadena de suministro más sostenible.