Cuarenta años con Marisol

La Voz

A CORUÑA

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HISTORIAS DE A CORUÑA La niña-actriz asistió en el Teatro Colón al estreno de su película «Un rayo de luz» en 1960 Nadie podía imaginarse en noviembre de 1960, al asistir en el Teatro Colón al estreno de su película «Un rayo de luz», que Marisol, aquella niña andaluza rubia y sonrosada de angelical aspecto, siempre rodeada de muñecas, se convertiría con el andar del tiempo en una aguerrida militante del comunismo puro y duro, participando, junto con su esposo, el no menos aguerrido bailarín Antonio Gades, en cualquier manifestación que se hiciese contra el «capitalismo corruptor» y el «militarismo criminal».

06 ago 2000 . Actualizado a las 07:00 h.

CARLOS FERNÁNDEZ A CORUÑA Un rayo de sol fue la primera película de Marisol, la actriz-niña, una especie de Shirley Temple a la española, donde el argumento del filme se supeditaba al lucimiento de la artista. Dirigida por Luis Lucia, contaba en el reparto con actores como Anselmo Duarte, María Mahor y Julio Sanjuán. Duarte hacía de abuelo cascarrabias y sentimental, el conde DïAngelo, que pidió que le llevasen a su nieta, Marisol, fruto de la unión de una artista con su hijo, fallecido en accidente de aviación. Marisol, al principio, le caía antipática al conde, pero luego acabó conquistándole con su simpatía ingenua y sus canciones. «La mejor del mundo» Dentro de la promoción de la película por toda España se encontraba A Coruña, en cuyo Teatro Colón se estrenó el 18 de noviembre de 1960. Venía Marisol acompañada de su mamá, doña María González de Flores. Para la señora, su hija era era «la mejor artista del mundo». Pero, además, la nena traía a una amiga, María del Carmen, que ejercía, tanto de compañera de juegos como de secretaria. Pepita Flores, que así se llamaba la niña, pues Marisol era su nombre artístico, tenía entonces diez tiernos años y fue entrevistada, para la sección Cinco minutos de charla, por el redactor de La Voz Vituco Leirachá, que firmaba sus trabajos como Vicencio. Marisol, que hablaba con gran desparpajo, fue definida por su entrevistador como «un rayo de luz». Tenía dos hermanos, Quique y María Victoria, y ella era «la del medio». Llegó al mundo del cine a través de la Obra Sindical Educación y Descanso de Málaga, de donde pasó a TVE. Allí la vieron los hijos del productor cinematográfico Goyanes, y éste la contrató para su primera película, a la que seguirían casi una docena. «Aprender inglés» Comentaba la niña a Vicencio que no le gustaba estudiar, y «menos todavía aprender inglés». Recibía muchas cartas de niñas y niños admiradores, especialmente italianos, que contestaba puntualmente. Destacaba el periodista que cuando el señor Bendaña, representante de la empresa del Colón, le regaló una caja de bombones, Marisol, cual si fuese una gitanilla del Sacromonte, se abalanzó sobre ella y rompió la cinta de un mordisco, comenzando a repartir bombones por doquier. Vicencio le insinuó a la niña malagueña que Shirley Temple fue una artista precoz que de mayor no mantuvo su fama, pero Marisol no se dio por enterada. Sólo repetía que trabajar en el cine era «mu bonito».