Tres versiones de un año sin Vázquez en la alcaldía

Elena Silveira
E. Silveira A CORUÑA

A CORUÑA

Javier Losada dice que su gestión ha sido una «transición tranquila». Los grupos de la oposición echan en falta a su antecesor

09 feb 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

El 17 de enero del 2006, Francisco Vázquez recibió una llamada del presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, en la que le ofrecía el cargo de embajador en la Santa Sede. La oferta era tentadora ya que, después de 23 años como alcalde de A Coruña, poder reconstruir las entonces deterioradas relaciones de España con el Vaticano suponía para Vázquez un nuevo reto. Y lo aceptó. La Voz publicó en exclusiva, hace hoy un año, la noticia. Echando la vista atrás, el ahora alcalde, Javier Losada, asegura que ese día fue uno de los más importantes para su carrera política, porque «asumí una gran responsabilidad». Ayer, en su despacho de María Pita, sentado en el mismo sillón que antes ocupaba Francisco Vázquez, Losada explicaba que intenta estar a la altura de los vecinos de la ciudad -«que es una gran altura»- para atender sus quejas y resolver sus problemas. «Esto es lo que he intentado hacer durante estos meses y avanzar proyectos para el futuro». Dice que la ciudad está ahora en unas «condiciones óptimas, maravillosas para encarar ese futuro», aunque es consciente de que eso se conseguirá con mucho esfuerzo y con el apoyo y el cariño de la gente, «que la he notado todos los días». ¿Hasta qué punto ha influido en Losada aquella marcha insólita de Vázquez? «Antes siempre tenía una persona arriba que decidía, y ahora soy yo. Eso supone un cambio radical, incluso en la vida privada. Pero yo estoy orgulloso y agradecido a los coruñeses por dejarme ocupar la alcaldía». Dice que, de cara a las elecciones, espera contar de nuevo con la confianza de los coruñeses para que apoyen su «gran proyecto» de ciudad. Durante la presentación del plan Busquets en Madrid, el ministro Jordi Sevilla aseguró que muchos coruñeses apoyaban a Javier Losada por su línea continuista con Vázquez. Otros tantos lo hacían porque el ahora alcalde tiene un proyecto diferenciado. Javier Losada explica esta contradicción: «Es el mejor piropo que me podrían haber dicho. Yo no nazco de la nada. Nazco de un proyecto desarrollado durante muchos años y liderado por un gran alcalde -Francisco Vázquez-. Desde que yo soy alcalde le he dado a ese proyecto mi impronta personal». Añade que entre uno y otro hubo una «transición tranquila» y que ha sido «un ejemplo» de renovación para todos los partidos y para todas la ciudades. Falta de liderazgo Los grupos políticos de la oposición municipal lo ven, como es lógico, de una forma muy diferente. El candidato del PP a la alcaldía, Carlos Negreira, cree que Javier Losada ha llevado a la ciudad en este último año «a una pérdida de peso y de liderazgo en el concierto gallego y nacional». Confiesa que, «con todos los peros del mundo, se echa en falta a Francisco Vázquez». Cree que el actual alcalde se caracteriza por la «falta de liderazgo, por la sumisión total al jefe de filas (Pérez Touriño)» y por un carácter «conformista, pusilánime y que se esconde ante los problemas en vez de afrontarlos». Según Carlos Negreira, Javier Losada tampoco sale bien parado al hacer un balance de su primer año como alcalde de la ciudad. Explica que, desde que asumió el mando en María Pita, pinta una ciudad «idílica, virtual», pero que «sigue sin tener ejecutados la mayoría de los polígonos de viviendas recogidos en el PGOM del 98; mermada por la marcha de 14.000 jóvenes por motivos laborales, un importante incremento de los impuestos y la huida de grandes empresas. Porque de aquí emigran los lenguados y también los jabones», ironizó. También el portavoz del BNG, Henrique Tello, quizás para sorpresa de muchos, echa en falta la figura de Vázquez. «Toda A Coruña sabe das miñas discrepancias e fortes enfrontamentos contra Vázquez, pero recoñezo que era un político de gran perfil, que ten conquerido cousas importantes para a cidade». El nacionalista dice que con su marcha «perdimos todas as vantaxes da súa presenza, pero quedámonos con todos os problemas que nos deixou e ninguén é capaz de resolver». Desde el pasado mes de marzo, en el que Vázquez se fue al Vaticano, «perdimos unha enorme dose de autoestima coruñesa. Vázquez nunca iría ao Hotel Ritz de Madrid a pedir a maioría absoluta. Él daba a cara na Coruña e nos saía máis barato».