El apoyo político con el que cuenta la ultraderecha en España (0,18%) es, junto al de Portugal y Grecia, el menor de toda Europa, en donde oscilan en porcentajes de voto cercanos al 10% del total. Con altibajos, la tendencia general en Europa es al crecimiento del respaldo a los ultras, con el denominador común del rechazo a los inmigrantes. Mientras en España la extrema derecha es extraparlamentaria, en tres de los 27 estados de la UE -Dinamarca, Polonia y Eslovaquia- forman parte de las mayorías parlamentarias. En Austria, la ultraderecha acaba de salir del Ejecutivo. El caso más extremo es el de Francia, donde el líder del Frente Nacional, Jean Marie Le Pen, llegó a disputar la segunda vuelta por la Presidencia en el 2002. En la primera vuelta obtuvo el 18,86% de los votos, superando en más de 200.000 al Partido Socialista.
La ultraderecha cuenta con partidos de gran peso en países como Bélgica, Holanda, Rumanía, Bulgaria, República Checa y Hungría. En Alemania, los extremistas del NPD tienen representación parlamentaria en dos landers: Sajonia (9,2%) y Brandenburgo (6,1%). Incluso en Gran Bretaña, país donde la extrema derecha carece de tradición, los ultras del BNP obtuvieron 192.746 votos en las últimas generales, alcanzando un 0,7% del total. El BNP cuenta con concejales en varias zonas, algo que también logró la extrema derecha en España en varios ayuntamientos, destacando el caso de la xenófoba Plataforma per Catalunya, que tiene 17 ediles en esa comunidad.