Alejandro emula a papá Vicente

Rubén Ventureira

A CORUÑA

El mexicano actúa hoy en el Coliseo. Su padre llenó el Palacio de los Deportes dos veces en un día en el verano de 1974

16 may 2008 . Actualizado a las 16:03 h.

La música del mexicano Alejandro Fernández sonará hoy en el Coliseo, donde ya actuó en el 2006. Cuando él tenía 3 años, un concierto de rancheras abarrotó dos veces el Pabellón de los Deportes en un solo día. Lo ofreció su padre, Vicente Fernández, en el verano de 1974.

El episodio lo recoge Nonito Pereira en su libro Historias, histerias y anécdotas musicales de La Coruña (editorial Arenas, 2003). Empieza cuando el mánager del mexicano, Ismael, se presenta en A Coruña para pedir ayuda a Pereira para organizar un concierto de Vicente Fernández, que, a sus 33 años, ya es muy popular gracias a canciones como El rey , Tu camino y el mío o Volver, volver . Ha decidido realizar una gira española tardíamente y los ayuntamientos ya tienen cerradas las contrataciones de verano y extenuado el presupuesto dedicado a este capítulo.

Vicente y su mariachi piden 200.000 pesetas, un caché bajo incluso para la época. Pero ni aún así puede ser asumido. El concejal de Fiestas se ve obligado a decir que no. Pero ofrece una solución. Que Vicente se presente como empresa, alquilando el Palacio de los Deportes. El mánager hace números: suma gastos de alquiler del recinto, montaje, personal, equipo de sonido, publicidad, de estancia y desplazamiento. Conclusión: será rentable si pasan por taquilla al menos 1.000 personas. Decisión: «¡Adelante!»

La misma mañana del día del concierto, Vicente llega en autocar a la ciudad, donde le aguarda una gran noticia: las 5.550 entradas están agotadas. De excelente humor, el mexicano se arranca a cantar rancheras a capela a los postres, en El Coral. Tras la comida, se da un baño de masas por el centro, camino de la prueba de sonido. Al pasar por la joyería Malde, a Pereira se le ocurre comprar una torre de Hércules: «Creo recordar que de cerámica», dice hoy.

El éxito se amarga porque dos mil personas que se han quedado sin entrada se agolpan en las taquillas del Pabellón de los Deportes una hora antes del concierto. Como solución, Pereira propone al artista que haga doblete. El músico acepta. Se habilitan las taquillas a toda prisa, se anuncia el concierto extra a viva voz, se llama a las radios?

Vicente cierra la primera actuación al grito de «Viva La Coruña y viva México». El entusiasmado público pide más bises. «En una hora, habrá otro concierto», se anuncia. Los espectadores abandonan el recinto? muchos de ellos para volver a ponerse a la cola. También se llena la segunda sesión. 11.000 personas lo escuchan en dos turnos. En uno solo actúa hoy Alejandro Fernández (22.30 horas), que ha vendido más de 7.000 entradas. Por cierto, su caché ronda los 225.000 euros.

De «trofeo», una Torre

Pero vayamos con el final del episodio de su padre. Le entregan la réplica de la Torre en el escenario. Éxtasis total. Pasan dos meses. Pereira recibe un recorte de un periódico mexicano que remite por carta Vicente Fernández. Esto dice el titular de prensa: « El Rey conquista los corazones de los españoles». En la fotografía que ilustra la información, Vicente desciende de la escalerilla del avión al tiempo que alza la torre de Hércules como si fuese el trofeo Teresa Herrera.

Le está cayendo una figurita del faro de regalo a toda estrella que pasa por la ciudad (Woody Allen y Juliette Lewis han sido los últimos), así que hoy Alejandro Fernández, el Potrillo , debería irse con una con más justificación: para que haga pareja con la que su padre, el Potro , recibió hace casi 34 años.