Un centenario muy celebrado

Carlos Fernández

A CORUÑA

La Voz tuvo un protagonismo destacado en los actos conmemorativos del?primer centenario de la Guerra de la Independencia en el año 1908

01 jun 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

A pesar de lo que se ha escrito en algún libro, lo cierto es que la Guerra de la Independencia en Galicia dio comienzo en A Coruña el 30 de mayo de 1808. La ciudad conmemoró el primer centenario con numerosos actos, en los que tuvo un protagonismo destacado La Voz, que dedicó en dicho día de 1908 toda su primera página al acontecimiento, recibiendo, asimismo, con otras instituciones de la ciudad una medalla conmemorativa que ahora, en el segundo centenario, tendrán una reedición en la plaza de Capitanía.

En esta primera página se insertaba un reportaje, firmado por Antonio Rey Escariz, sobre lo que pasó en la ciudad el 29 y el 30 de mayo de 1808. Todo comenzó a las dos de la tarde del 29 cuando llegó a la capital coruñesa un estudiante leonés, conduciendo en posta un pliego de orden del Reino de León para el capitán general, Antonio Filangieri, a fin de que se decidiese a tomar las armas en defensa de España contra los franceses y que el armamento sobrante lo remitiese a los leoneses.

Pero el capitán general recibió la misiva con indiferencia, lo cual fue percibido por el pueblo coruñés, que vio, además, como prendían al mensajero y cerraban las puertas del Palacio. La gente comenzó a golpear las mismas y pedir la libertad del correo, concentrándose las tropas de la guarnición y al día siguiente continuaron las protestas. Se dieron vivas al rey Fernando VII y se pidió el izado de la bandera española. Al final, se entró en Capitanía y Filangieri se refugió en el cercano convento de Santo Domingo y posteriormente salió de la ciudad, siendo asesinado después en Astorga por sus propias tropas.

Entre los artículos que ocupaban la primera de La Voz, estaba uno de Manuel Lugrís Freire, titulado Cosa de gallegos, que terminaba así: «En aquellos momentos en que fuimos dueños absolutos de nuestros destinos, se demostró de cuanto son capaces estos fuertes hijos del Noroeste cuando ven comprometida su existencia como pueblo. Con razón dijo Thiers que Galicia era el centro del poder español. ¡Loor eterno a los que sucumbieron por la independencia y libertad de su tierra!».

Otro coruñés, Eduardo Méndez Brandón, escribía, con el título de Remembranzas: «Inspirados por el patriotismo vigoroso y austero de la raza, lanzasteis con esfuerzo homérico al invasor del suelo sagrado de la patria, abandonada por sus reyes, que huyeron despavoridos. Pero Fernando VII, el adorado Fernando, vuestro ídolo, volvió, y hoy como ayer, la grande, la incomparable, la excelsa España, continúa, como Sísifo, atada a la roca de las oligarquías imperantes... a sus crueles desventuras».

El historiador Francisco Tettamancy hizo una descripción de cómo era la Coruña de 1808. «Era entonces nuestra capital -escribió- un sello seguro y en ella se refugiaban personas de significación y prestigio, huyendo del interior de la Península en donde la guerra se recrudecía con enconada pasión. La ciudad brindaba una placidez sin ejemplo, y de aquí que su censo aumentase hasta llegar a las 60.000 almas». Eugenio Carré dedicó dos columnas enteras de La Voz a hacer un resumen de los más principales periódicos que en 1808 se editaban, como el Diario de La Coruña, del que fue su primer editor Manuel Pardo de Andrade.

Entre los actos anunciados para el día 30 estaba una misa solemne en la iglesia de San Jorge, a la que asistirían las primeras autoridades, encabezadas por el capitán general, señor Aznar. En representación de La Voz recibió la medalla conmemorativa del primer centenario Alejandro Barreiro, que sería nombrado director del periódico tras la muerte de su fundador, Juan Fernández Latorre.