Marisa Paredes (Madrid, 3 de abril de 1946) está en una época esplendorosa, de vuelta sobre los escenarios en el teatro. Es una estrella cercana, con los pies desnudos y en la tierra. También es sencilla, y da las entrevistas como si estuviera charlando con un hermano.
-¿Cómo siente el premio?
-Con una alegría inmensa. me siento entregada a una profesión, a una vocación y a una gran pasión que me es reconocida.
-Ha vuelto al teatro
-Y estoy encantada. Sonata de Otoño me ha vuelto a enganchar al escenario. Es mucho más cansado que el cine, pero es estupendo. Te obliga a una energía diaria y a una tensión de la que ya estaba desentrenada, pero me he tenido que volver a enganchar porque mi papel tiene una escena de 55 minutos.
-¿No le apetece trabajar en televisión?
-¿Yo haciendo televisión? No, yo ya estoy en otra película.
Marisa Paredes interrumpe la entrevista para abrazarse a su hija, María Isasi, que viajó a A Coruña para la coronación de sus padres.
-¿Cómo lleva que su hija siga sus pasos?
-Muy bien. Tiene trabajo y me emociona verla.
-¿España tiene mejores actrices o actores?
-Actrices, por supuesto.
-Y ¿directoras o directores?
-Me encantaría trabajar con alguna directora. Hay españolas que son buenísimas.
-¿Se apoya al cine?
-Sí, pero se merece más.