Con el jefe en casa

A CORUÑA

Los Fontenla comparten una pasión desbordante por el trabajo, de la que no se separan ni en las comidas familiares que celebran todos los sábados

23 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Antonio Fontenla Ramil es una de las caras más conocidas de Galicia. Empresario de éxito, responsable de la patronal gallega, vicepresidente de la Cámara, vocal de la Autoridad Portuaria,... Si su tarjeta de visita relatara todos sus cargos, harían falta un par de folios. Esa actividad institucional no ha desligado a Fontenla Ramil de su actividad empresarial. «Nos dedicamos fundamentalmente a la promoción inmobiliaria y a las energías renovables», cuenta. Ahí es donde sus tres hijos, Antonio (36 años), Alejandra (34) y Javier (32) han ocupado parte de las responsabilidades de su padre. «Me han salido trabajadores, que si no...», bromea el cabeza de familia en torno a la mesa en la que se sientan los tres hijos.

Las relaciones laborales se vuelven quizá más exigentes, aunque ninguno de los cuatro se atreve a reconocerlo. Sí admiten que los devenires laborales consumen buena parte del tiempo que pasan en común. La cita ineludible de la semana es la comida familiar de los sábados. «Salimos a comer todos juntos, siempre fuera de casa, porque la jefa (Encarna, su mujer) así lo manda. Intentamos no hablar de cosas de trabajo, pero es inevitable», informa.

Su hijo Antonio ratifica que los negocios están siempre presentes. «Muchas veces dejamos cosas que tenemos que hablar porque sabemos que nos vamos a ver el sábado en la comida o el domingo en el fútbol y siempre hay margen para tocar los asuntos pendientes», añade el mayor de los vástagos.

Carácter

Fontenla padre se prodiga en elogios hacia sus tres hijos, «porque son diferentes entre sí, pero todos han cogido una parte de mi carácter». Antonio, el mayor, que ha dirigido las obras de desarrollo de la junta de compensación del polígono de Someso, «es el más extrovertido de los tres, un gran relaciones públicas. Alejandra mantiene la pasión por el asociacionismo y el trabajo en común. Es la tesorera de Apecco (la asociación provincial de constructores) y es la madre de la primera nieta, aunque ahora tengo tres. Yo diría que su principal virtud es que es muy tenaz. Y Javieriño es el benjamín y siempre se le tiene un cariño especial, aunque es cierto que le exijo más porque es el que está en casa, el único soltero. Estudió para aparejador contra mi consejo, pero le echó valor e inició su carrera en Holanda, él solo, en un sitio donde nadie le conocía. Ahora es el coleguilla que acompaña en alguna escapada por ahí».

Los hijos también rivalizan en elogios. «Me gusta presumir de él como padre. Tiene una enorme capacidad de asimilarlo todo», presume Alejandra. «A mí me sorprende lo hiperactivo que es. No sé cómo aguanta ese ritmo», cuenta Antonio. Y Javier resume: «Es una persona que lo da todo, pero que también lo exige todo».

Juntos desarrollan sus actividades profesionales, aunque siempre está claro quién manda a la hora de tomar la decisión final. «Yo, ante todo, soy una persona dialogante y muy demócrata, aunque al final siempre me gusta que se haga lo que yo digo», bromea el pater familias a modo de resumen.