José Blanco almorzó con 80 empresarios en una comida a la misma hora que Gallardón lo hacía con 250 simpatizantes del PP
21 feb 2009 . Actualizado a las 02:00 h.La campaña electoral también se juega en torno a una buena mesa. Ayer, dos de los paracaidistas más cualificados del PSOE y el PP, el vicesecretario general de los primeros, José Blanco, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, pasearon por la ciudad para recabar votos para socialistas y populares. Y los dos compartieron mesa y mantel con simpatizantes, amigos y empresarios, separados por menos de cinco kilómetros de distancia. Blanco reunió a más de ochenta empresarios en el Eurostars. A puerta cerrada, en presencia de varios pesos pesados de la economía gallega, como Juan Carlos Rodríguez Cebrián, Antón Arias (presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción), Daniel Ramos (presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios), Epifanio Campo, Ángel Jove, Miguel Agromayor (presidente de la Federación Coruñesa de Comercio) o José María Farto, reivindicó la política económica del PSOE. «Manejamos varias posibilidades, pero acabamos optando por la inyección de dinero público como la mejor para generar empleo», dijo antes de justificar cada uno de los pasos dados por el Gobierno de Zapatero para aminorar el impacto de la crisis económica.
Tampoco dio plazos sobre el inicio de la recuperación, aunque dejó entrever una mejora en la situación de Estados Unidos a partir de junio, «que se notará también en España», y defendió la candidatura de Emilio Pérez Touriño «porque es un presidente serio al que incluso deberían votar los más conservadores».
Baño de multitudes
Mientras el paseo de Blanco por la Gaiteira previó a la comida fue fugaz, el de Alberto Ruiz Gallardón, junto con su vicealcalde, Manuel Cobo, duró casi dos horas para llegar desde la plaza de Lugo hasta el Meliá. Se hizo fotos con decenas de curiosos y firmó autógrafos. Bebió una cunca de ribeiro en la calle Canuto Berea y esquivó todas las preguntas sobre la trama de corrupción que investiga el juez Garzón. «Solo he venido a hablar de la campaña», dijo.
En el almuerzo le acompañaron numerosos cargos de su partido, como los diputados Antonio Erias y Belén do Campo, el ex ministro de Sanidad José Manuel Romay Beccaría y numerosos cargos electos del partido en toda la provincia.
Allí estaban también Eliseo Calviño, de la Confederación de Autónomos, así como representantes de numerosas organizaciones empresariales (Apecco, entre otras) y sociales (viudas, discapacitados,...). Todos ellos llenaron de aplausos el discurso de Gallardón, que se despidió con una petición lapidaria: «La pereza mental de los socialistas, junto con el aislacionismo nacionalista forman la peor combinación posible y crean una Xunta inútil para los gallegos. Por eso, ha llegado la hora de cambiarla».