Folclore internacional bajo la lluvia

A CORUÑA

25 ago 2009 . Actualizado a las 11:32 h.

La lluvia aguó la jornada final del Festival Internacional de Folclore. Por esa razón, lo que debería ser una plaza de María Pita llena se quedó en unas 500 personas que, paraguas en mano o refugiadas bajo los soportales, desafiaron a las contrariedades del tiempo. Todo para no perderse las actuaciones que tuvieron lugar en el escenario situado frente al Ayuntamiento y que se han podido disfrutar en días pasados en otros emplazamientos.

Poco antes de empezar, más de un espectador secaba con pañuelos de papel el agua de las sillas y se situaba para disfrutar de la actuación de la agrupación peruana Ritmo y Costumbres. Pero justo cuando ya habían engatusado al público de su música vivaz y sus bailes coloristas, las gotas volvieron a caer. No hubo más remedio que abrir los paraguas o escapar de la zona. No les importó a los sudamericanos, que continuaron expandiendo ese sonido que, a golpe de flautas, engancha totalmente. Sus sonrisas bajo la lluvia entre pañuelos de colores y las del público observándolos con el chubasquero sin moverse de la zona pueden dar una idea de la conexión.

«Algún día tenía que llover», comentaba una mujer en los soportables mientras bailaba el grupo peruano. En cierto modo reflejaba el pensamiento generalizado de los coruñeses. Tras un desastroso mes de julio, la secuencia de días de sol seguidos de este agosto es como para perdonarle al cielo una pausa. Y, quién sabe si fue por la predisposición de los allí presentes o por qué, pero la lluvia cesó poco antes de que Dance Troupe subieran a escena.

Impacto

Provenientes de Sudáfrica, Dance Troupe arrasaron. Quizá por la lejanía cultural, su música basada en las percusiones dejó a más de uno boquiabierto. Ataviados con pieles, cuidando muchísimo la puesta en escena y dándole al espectáculo un toque plástico y teatral, la de Dance Troupe fue una demostración de fuerza y energía que encantó. La salida de las mujeres al escenario emulando un gusano o la agresividad de los bailes tribales cosecharon innumerables aplausos. Así fue que los miembros del grupo aprovecharon la euforia del momento para bajar del escenario y ofrecer cedés de su música. Y vendieron más de uno.

Tras ellos, la agrupación de Bosnia-Herzegovina Ensemble Slavko Mandic ofreció una muestra de folclore balcánico. Primero, con una pieza sin acompañamiento musical, interpretada solo con voces y taconeos. Luego, con esa cadencia de acordeones típica de la zona, lo dejaron todo listo para que los cubanos Maraguán dieran un vuelco en la sensibilidad con una actuación que mostró el cruce de culturas de la isla caribeña. De cánticos basados en la tradición jamaicana a muestras de folclore campesino, el ritmo cubano y su estética tropical triunfaron en María Pita. La tarde la cerraron Eidos, reivindicando la tradición gallega en un festival que, pese a la lluvia, dejó un grato sabor de boca