En plena campaña mediática contra la bolsa de plástico, cuya longevidad alcanza los 400 años, Os Caneiros se postulan como ejemplo de la maldades de este material. Apenas han pasado dos semanas desde la última jira , y queda demostrado que el plástico no se esfuma de la naturaleza por iniciativa propia (ni tampoco mancha salvo que una mano lo arroje).
El día 26 de agosto, el servicio de limpieza y Protección Civil acudieron al campo para recoger kilos y kilos de basura. No obstante, el camino a Betanzos, un recorrido de apenas dos kilómetros, quedó pendiente fruto de otras exigencias más apremiantes. «A Protección Civil no le dio tiempo porque tuvo que ayudar en algunos incendios, además de prestar sus servicios de apoyo en la romería de los Remedios, o limpiar maleza en varias zonas del municipio para evitar incendios con las altas temperaturas de los últimos días», señalan fuentes del Ayuntamiento de Betanzos.
Así, la basura continúa acumulada en el margen betanceiro del Mandeo, donde florecen botellas cuya mezcla residual va camino de convertirse en reserva. Las camisetas, que aquí no obedecen a otra moda que la de ser desgarradas, cuelgan de las ramas de los árboles.
Múltiples objetos
La degradación del textil es mucho más veloz que el material plástico, pero dos semanas se antojan un período demasiado escaso para esperar que las camisetas desaparezcan de la flora sin la ayuda del servicio de limpieza. Los que se encarguen de descolgar el atrezzo tendrán también que recoger múltiples botellas, tetrabriks, pañuelos, trozos de tela, cajas de galletas, bolsas de patatas... un continuo asfalto de desperdicios hasta el campo de la fiesta. Desde allí se observa en la otra orilla un cúmulo de basura que también espera ser retirada, si bien ya no es competencia de los miembros de Protección Civil de Betanzos, que hoy mismo acudirán al camino a recoger los restos de otra resaca veraniega para mantenerlo limpio. Pero solo hasta el 18 de agosto del 2010.