Una tercera edad solidaria

D. Vázquez A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

Mayores del centro de Sanitas en Monte Alto venden sus manualidades para lograr fondos para oenegés

25 ago 2010 . Actualizado a las 12:04 h.

«Esta funda de móvil es mi obra, me gusta mucho hacer esas cosas y a veces me lo piden y les tengo que decir que sí», explica sonriendo Encarnación Solloso, de 84 años, una inquilina de Sanitas Residencial A Coruña, mostrando el objeto, hecho a calceta y que es uno de los pocos que quedó del mercadillo solidario con el que los últimos años los ocupantes del centro colaboran con oenegés locales.

Esta actividad comenzó como una alternativa a los monótonos y menos productivos ejercicios que tienen que hacer los residentes en terapia ocupacional e incluso animación, para que recuperen o no pierdan la movilidad de las manos.

Ayudados e incitados por las técnicas Raquel Feal González y Alba Gómez Fariña, los mayores hacen objetos que posteriormente venden en un mercadillo que hacen en diciembre para recaudar fondos para una oenegé. Carmen Banda, directora del centro, destaca que se intenta buscar entidades vinculadas a la tercera edad y por eso los casi 500 euros obtenidos este año fueron a parar a la Asociación Parkinson Galicia.

Los residentes hicieron desde pulseras de cuero o de abalorios a collares, anillos o pendientes, fundas para móvil o ropa de bebé, además de pintar figuras para belenes. Son los propios mayores los que atienden el puesto donde venden sus creaciones. Todos los inquilinos de la residencia superan los 60 años, «la mayoría los 80», explican, y por ello el año pasado se optó por realizar un taller para mejorar su conocimiento del euro, para que no se liaran con las vueltas. El pasado diciembre, además quien compraba llevaba un polvorón como regalo, de los que hacen en clase de cocina.

Las piezas para el mercadillo empezaron a confeccionarlas en verano, para no tener los mismos problemas que el año anterior, cuando se vieron sobrepasados por los encargos de objetos similares a los que vendían.

Familiares e incluso los propios residentes, para los regalos de Reyes, fueron los compradores de este mercadillo. «Para muchos la Navidad es una época triste y con estas actividades se intenta potenciar que se sientan útiles», explica Raquel Feal, sobre estas actividades.

Además, en el centro también realizan recolecciones de juguetes y de alimentos, con las donaciones de las familias y los trabajadores. Parte de los 127 inquilinos colaboran en la clasificación por edades y en envolverlos, e incluso algunos asisten a la entrega. La pasada Navidad, como trabajo a mayores, confeccionaron una pulsera y una carta para las 67 personas de plantilla del centro. «Fue muy emotivo», reconoce Carmen Banda.