Arranca el obradoiro de escritura creativa para jóvenes, dirigido por Pedro Ramos, con la poesía como objetivo
20 oct 2010 . Actualizado a las 12:54 h.«La intención es que de aquí salgan, si no escritores, sí grandes lectores». Con esta premisa define el escritor Pedro Ramos el taller de escritura creativa que dirige en la biblioteca infantil y juvenil de Durán Loriga, y que está orientado a jóvenes de edades entre los 14 y los 18 años: «Una edad muy importante, porque después viene la universidad, y ya no hay tiempo para la literatura... Aunque tenemos auténticos adictos que no creo que dejen de escribir», asegura el tutor con un tono no exento de orgullo.
Se refiere a los alumnos de las pasadas ediciones, muchos de los cuales repiten este año. Precisamente a esos, Pedro Ramos se apura en recolocar alrededor de la mesa, para que la complicidad existente entre ellos no corra el riesgo de devenir en distracción. Y una vez situados, arrancan las preceptivas presentaciones bajo dos preguntas que el director del taller plantea a cada participante: «¿Qué haces aquí? y ¿qué libro nos aconsejarías?». Algunas respuestas obligan a cotejar de nuevo las edades de los alumnos: El Aleph y las Ficciones de Borges; La sombra del viento, de Ruiz Zafón; Wilt, de Tom Sharpe; After dark, de Murakami o Las flores del mal de Baudelaire son algunas de las recomendaciones que caen sobre la mesa. Aunque hay un punto sobre el que existe unanimidad: las lecturas obligatorias, las que mandan leer en los institutos, no son del gusto de estos jóvenes devoradores de libros: «Aquí se recomiendan libros, pero no se obliga a leer ninguno, eso puede ser contraproducente a estas edades. Esta es una forma distinta, no académica, de acercarse a la literatura», puntualiza Ramos.
Conexión musical
El taller arrancó ayer y durará todo el curso, con algunos parones como el de diciembre, para que no interfiera en las obligaciones académicas de los asistentes. En total, son 16 -de los cuales solo dos son chicos-, y este año van a adentrarse en los delicados terrenos de la lírica, pero al estilo Pedro Ramos, de un modo natural: «Vamos a acabar con el mito del poeta como alma atormentada», advierte. Y lo harán a través de la música: «Hay que romper ciertas barreras artificiales. Existe esa relación, ese lugar intermedio entre música y poesía, donde los límites se desdibujan. Porque, ¿cómo definirías a Patti Smith? ¿Como poetisa o como música?», explica el escritor, que además de revisar canciones de mitos del rock como Jim Morrison, acudirá al disco que Enrique Morente grabó con Lagartija Nick sobre textos de Lorca, Omega, para acercar a sus pupilos a la poesía del granadino. Y todo con un objetivo que Ramos dejó claro a sus alumnos: «Me interesa más que seáis capaces de comunicaros que el hecho de que escribáis como Hemingway».