03 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.
Lindsay Lohan hace lo que puede para rehabilitarse, pero la presencia constante de los paparazis le dificulta su vuelta a la normalidad. Así lo ha dicho la actriz en el juzgado, donde ha llegado a pedir una orden de alejamiento contra los fotógrafos.
La publicación sobre famosos TMZ explica que la actriz sigue un programa de rehabilitación en el centro Betty Ford y allí cada paso positivo que da un paciente se premia con un privilegio. El último que ha tenido la joven es poder conducir, pero sus salidas causan tal expectación que apenas puede dirigir el coche, y por eso el centro le ha retirado el permiso para coger el vehículo. Eso es lo que ha enfadado a Lohan, que ha puesto el asunto en manos de sus abogados para que reclamen. | LVG