A poco más de 48 horas de la convocatoria de huelga indefinida -prevista para el domingo a partir de las 21 horas- por parte de los trabajadores de Albada, no hay acuerdo entre ambas partes. La única posibilidad de desconvocar el paro pasa por la reunión que mantendrá el comité con la empresa esta tarde.
La plantilla insiste en que la readmisión de Fernando Balay, el trabajador despedido, es una de las condiciones del acuerdo porque «non se pode coller a este compañeiro como moeda de cambio para firmar un convenio á baixa». «É un refén de este negociación e non o imos permitir», explicó José Manuel Vilariño, presidente del comité de empresa. La plantilla discrepa con la empresa en «máis de 40 puntos do convenio», casi su totalidad, entre ellos un sistema de sábados de libranza que la empresa no estaría dispuesta a implantar. Por su parte, Fernando Balay continúa acampado en las inmediaciones de la empresa y asegura que lo hará hasta «la readmisión o que aguante». Hasta el campamento se acercó el portavoz municipal de BNG, Xosé Manuel Carril, para trasladar su apoyo a los trabajadores. «Este é un conflito motivado pola empresa porque os traballadores o que están esixindo é que se cumpra o preacordo», señaló Carril, quien quiso recalcar que en caso de haya consecuencias no será porque los trabajadores vayan a la huelga sino por el incumplimiento de la empresa. El líder del BNG exige al Ayuntamiento que intervenga en el conflicto.
Precisamente el alcalde, Carlos Negreira, se reunió ayer tras el pleno con varios trabajadores, y, según el presidente del comité, se comprometió a mediar en el conflicto. El teniente de alcalde de Seguridad y Movilidad, Julio Flores, explicó ayer que los problemas de Albada con sus trabajadores «es un tema recurrente. Los ciudadanos no pueden ser rehenes de un conflicto entre la empresa concesionaria y los trabajadores, y desde el gobierno local facilitaremos el diálogo para la consecución de un acuerdo», afirmó.