-¿Por qué esta pasión por videojuegos que están superados en cuestiones técnicas por los más actuales?
-Porque en cuanto a jugabilidad no están superados todavía. Con menos tecnología se las arreglaban para hacer juegos igual de apasionantes e, incluso, más brillantes. Los de antes eran mucho más ingeniosos. Ahora hay unos gráficos magníficos, pero a menudo están vacíos de contenido. Como la moda de las películas en 3D, que ahora te ponen las gafas en cualquiera, aporten algo las 3D o no. La sencillez no está reñida con el ingenio, y si no, mira el Tetris, que es inmortal.
-¿Siguen funcionando estos aparatos?
-Perfectamente. Son duros y resistentes. Además los puedes adaptar para utilizarlos en equipos actuales. Tengo un Telemach, un mando de los años 80 de fabricación española, que lo he adaptado con una conexión USB para jugar con el ordenador.
-¿Y de dónde saca estos viejos equipos?
-No son difíciles de encontrar. Hay un nutrido mercado y precios asequibles. Eso, y que todavía conservo mi primer ordenador, un MSX-DOS. Aquí hay mucha afición. Recientemente se celebró en Sada Retrocoruña, un encuentro con numerosos expositores que también pasaron por el Expotaku. Al fin y al cabo es parte de nuestra historia.
-¿No tiene consolas actuales?
-Sí tengo, una cosa no quita la otra. Pero sí animo a la gente a que no se tire directamente a regalar el último modelo a su hijo. Que busque un poco, y le haga partícipe de su propia infancia con una Atari.