España sufrió para superar en el debut a la débil Polonia
01 sep 2011 . Actualizado a las 09:39 h.Solo en la peor de las pesadillas podría esperarse que España sufriera ante Polonia. Ni la tensión del estreno ni el intempestivo horario pueden servir como atenuantes del equipo español, que tenía enfrente a un conjunto debilitado por las ausencias -ni uno solo de los integrantes de su cinco inicial de hace dos años estaba ayer en Lituania- y que difícilmente estaría presente en un Europeo si la competición se redujera a 16 conjuntos. Pues España sufrió, hasta el punto de vivir un final agónico y apelando a Pau Gasol y Navarro, como si se tratara de una cita de altura y no de un trámite más.
Sin forzar la máquina, solo con la inercia de su enorme superioridad y el pavor que provoca Pau Gasol, España se fabricó sus primeras ventajas. Solo seis minutos (15-9) necesitó el mayor de los Gasol para anotar 11 puntos y desgastar el débil juego interior polaco. Sin brillo, pero con machacona insistencia, España imponía su poderío físico, Scariolo ponía en marcha su previsible rotación y la renta se iba progresivamente ampliando. Siete en el primer cuarto (22-15), que se amplió a trece (44-31) en el descanso, ahora con el liderazgo de un Navarro que desatascaba la espesura de los bases españoles. El juego no despejaba dudas, pero parecía cuestión de tiempo que el campeón de Europa rompiera definitivamente el encuentro.
Lo peor llegó tras el descanso. Un inesperado atasco. Escaso acierto exterior, incomprensible olvido de Ibaka (excelente en el primer cuarto) y poca fluidez en la dirección, donde Ricky sigue sin estar a la altura en la selección, Calderón asume menos protagonismo del que se espera y solo Sada ofrece una versión cercana a sus posibilidades. Más fruto de la propia dejadez y falta de tensión españolas que de sus méritos, Polonia redujo la renta por debajo de los diez puntos (61-52), aguantó el inicio del último cuarto y se atrevió a buscar el partido. A dos puntos se colocaron los polacos (80-78) y no fueron más allá porque entre Navarro y Gasol solucionaron lo que podía haberse convertido en una tragedia.
Los bases, discretos
España sumó su primera victoria, pero sembró un reguero de dudas que ponen en cuestión que forman el plantel más potente que el baloncesto español ha presentado jamás en una gran cita. A los problemas de dirección de los bases, se le une su escasa productividad (ni un solo punto entre los tres), el escaso acierto exterior (3 de 16 en triples), los problemas para defender al alero alto rival (Kelati fue una auténtica pesadilla para Rudy, San Emeterio, Llull y Claver), los problemas contra la zona y la sensación de que varios jugadores siguen sin encontrar su sitio en la cuestionable rotación de Scariolo.
Lo mejor, como casi siempre, Pau Gasol y Juan Carlos Navarro, inesperados protagonistas de una cita menor. Un lujo para una competición de largo recorrido y que, al fin y al cabo, no ha hecho nada más que comenzar. Difícil imaginar que España repita los espesos 20 minutos finales de ayer.
Parciales cada diez minutos: 22-15, 22-16 (44-31, en el descanso), 17-21 y 22-26 (83-78, final).
Árbitros: Damir Javor (SLO), Sergey Mikhaylov (RUS) y Petri Mantyla (FIN). Eliminados con cinco faltas: Szewczyk (min 34), Leonczyk (min 37), Hrycaniuk (min 39), por Polonia; y San Emeterio (min34) y Calderón (min 40), por España.
Incidencias: Cido Arena de Panevezys. Unos mil espectadores.
Pau Gasol (29), Rudy (4), Navarro (23), Calderón, Marc Gasol (16) -cinco inicial-, Reyes (1), San Emeterio (3), Ricky, Ibaka (7), Claver, Llull y Sada.
Berisha, Szewczyk (10), Kelati (18), Hrycaniuk (12), Koszarek (19) -cinco inicial-, Lapeta, Pamula (3), Skibniewski (4), Waczynski, eonczyk (6), Szczotka (6) y Wisniewski.