
Aguantó el acoso inicial del Celta, manejó el ritmo y resolvió a balón parado
16 abr 2012 . Actualizado a las 16:35 h.Un derbi en Segunda, un partido de primera. Como en la ida, el Dépor resolvió con la pegada, con esa facilidad para fabricar goles sin generar excesivas ocasiones, con el empaque de un equipo que sabe aguantar el acoso rival, enfriar el tempo y revolverse para dar la estocada cuando otea el más mínimo signo de debilidad. Así sumó una doble victoria, la de la batalla emotiva y la que le acerca aún más al ascenso.
once habitual
Gol de Riki
Con el once habitual, con el grupo que le ha llevado a acariciar el ascenso. El Dépor abrió el marcador en su primera incursión en el área del Celta. Juan Domínguez encontró un resquicio al borde del área para que Riki, con suavidad, enviara por encima de Yoel. El partido de cara.
acoso local
La paciencia
Tocaba aguantar la briosa reacción de un Celta que cercó durante un cuarto de hora la portería de Aranzubia. Un acoso incesante, sin crear excesivo peligro (Aranzubia solo se empleó a fondo ante un rechace de Colotto), pero que convirtió el derbi en un choque de altura. Tocaba repliegue y el Dépor estuvo a la altura, sin balón, a la espera de que a los bulliciosos Orellana, Aspas o Joan Tomás se les fuera el primer impulso. Ese fue su mérito.
ida y vuelta
Aparece Guardado
A todo trapo. Así comenzó una segundo tiempo también vibrante. En apenas dos minutos, apareció el mejor Guardado para que se luciera Yoel y Morel sacó un balón sobre la línea. Fueron los mejores minutos del mexicano, en su primer y probablemente último derbi gallego. El Dépor supo amenazar y al Celta comenzaba a pasarle factura el esfuerzo del primer tiempo. Un pase de Guardado dejó solo a Lassad, que pareció decidir definitivamente el choque.
los cambios
El mensaje desde el banquillo
A Oltra debió de parecerle suficiente botín y pese a que tenía tocado al Celta, mandó parar. Fortaleció el centro del campo con Borja, sentó a Valerón... y comenzó de nuevo el sufrimiento. A un cuarto de hora para el final, con 1-2, añadió vigor (Manuel Pablo por Bruno Gama). Una invitación al sufrimiento. Con otro resultado, al técnico valenciano le pitarían los oídos durante toda la semana. Sin balón y sin fe en las contras, el Dépor encajó un segundo tanto.
el desenlace
Un rival fundido
Devorado por la ansiedad y el esfuerzo, el Celta llegó fundido al tramo final. Al Dépor le sobraba más vigor que fe. Y pegada, la que le acerca a Primera División. Buscó el golpe definitivo a balón parado, en una falta aparentemente intrascendente. Colotto remató en el segundo palo y Borja sentenció en el rechace. Nadie aprovecha como el Dépor los pequeños detalles. Dos pases entre líneas, una parada de Aranzubia, un cabezazo de Colotto en el segundo palo.... Por eso es es el líder, por no perder la paciencia, por aprovechar cada grieta rival y manejar los partidos con paciencia franciscana. Como ayer.