Las obras de las nuevas instalaciones superan el ecuador de los plazos
26 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.«¿Qué es eso de ahí enfrente?», preguntaba un curioso desde uno de los ventanales del centro comercial Los Rosales señalando las obras de la nueva residencia de Padre Rubinos. Y es que la estructura de los nuevos edificios va tomando forma, cuando ha pasado el ecuador de los plazos previstos para la ejecución de las mismas. La apertura de las nuevas instalaciones tendrá lugar «no más allá del mes de junio del 2014», apuntaba el presidente de la entidad, Eduardo Aceña, al presentar el balance de las actividades llevadas a cabo durante el año pasado.
Las edificaciones no tendrán mucha más altura de la que se puede ver en la actualidad, puesto que la máxima prevista en el proyecto de la arquitecta Elena Urquijo es de dos plantas. Las nuevas instalaciones tienen una estructura horizontal y en superficie después de que el Ayuntamiento hiciera algún pequeño ajuste técnico en el proyecto inicial, como fue el de suprimir la planta sótano de uno de los inmuebles «para evitar soterrar servicios que estarán en mejores condiciones con luz», había apuntado el alcalde, Carlos Negreira, en la presentación de este proyecto financiado por la Fundación Amancio Ortega con 18 millones de euros.
El desarrollo en horizontal ha permitido que las instalaciones se estén ejecutando de forma escalonada; al mediodía de ayer era posible ver como mientras un grupo operarios trabajaban en la segunda planta de uno de los nuevos inmuebles y en otra zona de la parcela de 36.147 metros cuadrados, en la zona más cercana al centro comercial Los Rosales, varias palas lo hacían en la cimentación.
Paralelamente a la ejecución de las obras, los responsables de la asociación Padre Rubinos están poniendo en marcha la convocatoria de plazas para atenderla, que tendrá lugar a partir de octubre.
Trabajador evacuado
Por otra parte, en la mañana de ayer efectivos de los bomberos coruñeses y del 061 evacuaron a un trabajador que había sufrido un pinchazo en la zona lumbar cuando estaba en un andamio y no podía moverse.