Varias han sido las noticias de la semana. La más trascendente, la marea humana que salió a la calle para defender una de las señas de identidad de la sociedad del bienestar; una sanidad pública de calidad. Pese a los intentos de algunos de politizar las movilizaciones, los que salieron a la calle eran anónimos pacientes que temen ver recortadas sus expectativas de vida. Tal fue el volumen de la protesta que fue el propio Alberto Núñez Feijoo, y en A Coruña uno de sus más cercanos colaboradores, Carlos Negreira, el que tuvo que salir a comprometerse públicamente en defensa de un modelo que siempre fue motivo de orgullo.
Más allá de ese sentimiento unánime, la actualidad política municipal ha estado marcada por la aparición de dos nuevos agujeros negros en la Hacienda municipal. Por una parte, el pago de casi tres millones de euros por la no inclusión de la revisión del IPC en los contratos de la limpieza viaria. Por la otra, la liquidación de la grúa del último año y medio, que le costará a los coruñeses casi 800.000 euros más del canon anual que ya iba recogido en los presupuestos.
Ese contrato, al que aún le quedan dos años de vida, incluía unas cláusulas que se han revelado como muy perjudiciales para los intereses ciudadanos, que son, al fin y al cabo, los que más lo sufren, ya que pagan por el uso de la ORA o la grúa y, además, tienen que hacer frente a los desfases de un servicio ineficiente y, por lo que se ve, pésimamente gestionado.
Los cambios introducidos, con la implantación de la zona ORA exprés, han servido para aumentar los ingresos, pero el gobierno local debe buscar soluciones para que las dos liquidaciones aún pendientes no sigan siendo una rémora. Y también para evitar que haya tanto espacio para la sospecha como la que hace que una jueza de Lugo lleve más de un año investigando su adjudicación.
El futuro de los estudiantes. Esta semana también han comparecido conjuntamente el presidente del Consello Social de la UDC, Antonio Abril, y el rector, Xosé Luis Armesto. Dejaron claros tres mensajes: no sobra ninguna carrera, estamos sufriendo una grave sangría de talento con la emigración de jóvenes sobradamente preparados y que hay que aumentar la colaboración en el sistema universitario gallego. Esta semana salen sus presupuestos. Veremos si hay novedades.
¿Seguirá la paz en Nostián? Fueron muchos los que interpretaron la huelga de los trabajadores de la planta de basuras de Nostián en una clave electoral. Aunque nadie se atrevió a verbalizar públicamente esa situación, lo cierto es que el pacto para suspender las movilizaciones tras más de cinco meses de conflicto, puede verse afectado por las elecciones realizadas el pasado miércoles. La CIG consumó la pérdida de la hegemonía. Tendrá cuatro representantes, frente a los tres de Comisiones Obreras y los dos de UGT. La nueva situación sindical no debería interferir en los acuerdos alcanzados en noviembre.
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