La izquierda hace autocrítica feroz en el Día de la República

Javier Becerra
Javier Becerra A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

PACO RODRÍGUEZ

«No somos más que una gran manada de paniaguados oportunistas», aseguró Cándido Barral en su discurso

15 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Se trataba del último discurso de Cándido Barral como presidente del Ateneo Republicano. Y quiso dejar huella. Precisamente, dentro del acto central del Día de la República, en el Campo da Rata. «¿Qué es la izquierda? ¿Alguien la ha visto en los últimos años ? ¿Cómo reacciona en una España al fondo del abismo?», se preguntó al inicio de su intervención. Pronto se contestó: «La izquierda política ha muerto. Se trata solo de un cadáver que, tras una prolongada catalepsia estética, muestra su demacrado rostro ante la historia evidenciando su mediocridad y su impotencia».

Era solo el principio. «La gente que durante años hemos presumido ostentosamente de ser gentes de izquierdas -clamó Barral-, que decíamos vivir de acuerdo con los postulados éticos de izquierdas, envueltos en un presunto halo de mística solidaria, de hermanamiento con los más humildes o desheredados de la tierra, los que decíamos presidir un proyecto de futuro listo para enfrentarse a la opresión y ferocidad del capitalismo salvaje, no éramos, no somos, más que una gran manada de paniaguados oportunistas que, al final, somos usamos nuestros principios para conseguir nuestros fines, en algunos casos inconfesables». Ante figuras del PSOE, como la secretaria general coruñesa Mar Barcón o el exparlamentario Francisco Cerviño, Barral achacó esa defunción «por un constante cuadro clínico de prepotencia artificial, de deficiente circulación solidaria, de un espejismo óptico mal curado, de una intransigencia digestiva en su comunicación con el resto de los órganos sociales, de una caída de la tensión ética». También cargó contra el Gobierno de Rajoy y, por supuesto, contra la monarquía (agradeciendo los favores a Urdangarin), deseando la llegada de la Tercera República.