Julio Flores es el único concejal del gobierno local imputado en la operación Pikachu, una investigación judicial que ha marcado el último año en María Pita y que ha convertido al edil en objeto de los dardos de la oposición pleno sí, y pleno también.
-¿Cómo influye el estar marcado por una imputación y qué supone en su día a día?
-Le dedico el tiempo justo. Estamos esperando y trabajando, esperando a que se pase al siguiente capítulo, porque al final aquí nadie está siendo juzgado y yo no voy a alimentar el morbo para juicios paralelos.
-¿Cómo se gestiona políticamente estar siempre en el punto de mira de la oposición?
-Lo único que pido es que la justicia cierre lo antes posible la instrucción y se pase a la siguiente etapa. Soy una persona honrada y trabajadora y quienes me conocen lo saben, no he hecho nada ilegal. La oposición se limita a poner zancadillas.
-¿Pasa factura la Pikachu?
-A nivel interno políticamente no me pasa factura. A nivel externo tengo que tener paciencia y una vez al mes en el salón de plenos.
-¿Valoró la posibilidad de dejar el acta?
-Nunca se me pasó por la cabeza dejarlo.
-¿Piensa presentarse a las próximas municipales pese a estar imputado?
-A si me presento o no, no le dedico ni un minuto. Tenemos tanto trabajo que no queda tiempo para pensar en cuestiones secundarias. Ya lo reflexionaremos cuando toque y lo hablaré con mi familia, que es a la que le resto tiempo y también tendrá mucho que decir en esto.