
Solo el alcalde y la mitad del gobierno tendrán su puesto en María Pita
16 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Primer día del curso y en María Pita hay caras nuevas. Para evitar confusiones, sus fotos ya están colgadas en la caseta de control que tiene la Policía Local en la entrada. Allí están en tamaño carné los rostros de los nuevos concejales de la Marea Atlántica, con el alcalde Xulio Ferreiro un poco más grande. También están las caras de la oposición, pero con erratas. En el grupo del PP faltan Francisco Mourelo y Mariel Padín, en el del BNG no está Avia Veira. En su lugar están los rostros de Carlos Sánchez-Tembleque, Susana Lenguas y el nacionalista Xosé Manuel Carril. Alguien se ha despistado. Los tres han renunciado a su acta.
En los despachos de la oposición también hay cambios. El del PSOE estuvo cerrado a cal y canto toda la mañana, algo insólito en los últimos años. En el del BNG solo está la concejala Avia Veira. Justo al lado está el del PP, el que registra más actividad tras cuatro años casi de letargo, y desde el que trabaja la edila conservadora Rosa Gallego. Escaleras abajo, junto a las oficinas de los socialistas, estaba el de Esquerda Unida. Dentro solo hay dos ordenanzas que están desmontando los equipos informáticos.
Por todas partes hay funcionarios del servicio de interior dale que te pego. Conectando ordenadores y teléfonos, moviendo muebles de aquí para allá. En la fachada que da a San Jorge espera un camión de mudanzas para llevarse las sillas de la sesión de investidura. En las escaleras «de servicio» que comunican las tres plantas del edificio y las oficinas de la azotea se acumulan astas para banderas y otros adornos que se usaron en esa ceremonia.
En la planta de gestión
En la segunda planta, la de gestión justo por encima del piso noble, se trabaja como se puede. El nuevo equipo de prensa del Ayuntamiento espera a que lleguen sus ordenadores. Cerca de las 11 se presentan los ordenanzas para decirles que ya llegan y darles la bienvenida. Ocuparán la sala en la que estaban sus predecesores, ahora desnuda de los recuerdos, fotos y dibujos, que reunieron en cuatro años.
En esa planta trabajarán cuatro ediles de la Marea. El antiguo despacho de María Luisa Cid es ahora el de Alberto Lema, también responsable de empleo y turismo. Está al fondo de un pasillo que comparte con la asesoría jurídica. Los funcionarios, que han hecho fotocopias de las fotos de los nuevos ediles, cuentan que llegó pronto, a las ocho de la mañana, que hoy tiene prevista su primera reunión a la misma hora, y que ha sido «muy cercano».
A unos pocos metros, en el despacho de Rosa Gallego examina expedientes María Eugenia Vieito. Dedica a ello toda la mañana. Como su predecesora, se hace cargo de un área muy complicada, la de personal y hacienda.
En el viejo despacho de Flores
Los mayores cambios se dan en el otro extremo de la planta. Allí estaban las concejalas de barrio del PP y el despacho del teniente de alcalde, Julio Flores. Ahora serán los espacios de Claudia Delso y Rocío Fraga, responsables de Participación Ciudadana e Igualdade e Diversidade, que con rostro alegre supervisan y ayudan en los cambios de esas salas. Fraga cuenta que hoy empezará a reunirse con colectivos.
La Marea no ha hecho muchos cambios en ese sentido. Sus ediles operarán desde las oficinas de sus predecesores. La responsable de Medio Ambiente, María García, desde el despacho que fue de Enrique Salvador en la Casa del Agua. Silvia Cameán estará en el de Servicios Sociales, en Cuatro Caminos, donde se sentó Miguel Lorenzo. Alberto Lema en las dependencias de Cultura que ocupó Ana Fernández en Casa Paredes. Xiao Varela sustituirá a Martín Fernández en las dependencias de la plaza Indalecio Prieto. Daniel Díaz Grandío cogerá el despacho de Begoña Freira en las oficinas de Movilidad de la estación de autobuses, a las que llegó en bicicleta.
No son las únicas alegres, desde las 8 de la mañana, cuando los nuevos concejales llegaron a sus puestos, esa es la tónica general en todas las dependencias municipales, en las que desde el primer momento hay funcionarios que se declaran votantes de la Marea desde fechas increíbles. Hay alguno que asegura que ya les votó en el 2011, a pesar de que el partido no tiene ni un año de edad. Por supuesto, como dice con ironía un veterano del área de Seguridad, «ahora aparecen esas historias de resistencia heroica ante la opresión del PP». Está seguro de que se parecerán mucho a las que se contaron cuando el PSOE y el BNG perdieron las elecciones.