La casa de Rosalía, en reparación

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

La ahora calle del Príncipe se llamaba Padilla cuando vivió en ella Rosalía de Castro y su familia.
La ahora calle del Príncipe se llamaba Padilla cuando vivió en ella Rosalía de Castro y su familia. C. Quian< / span>

Afundación, propietaria del edificio, realiza las obras de mantenimiento

17 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Miña casiña, meu lar, / ¡cántas onciñas / de ouro me vals!». Es uno de los poemas de Rosalía en los que muestra la importancia que para ella tenía su casa. En estos versos aludía a la que había sido su vivienda de niña, pero también podría haber escrito de la que habitó en A Coruña, en el número 3 de la calle del Príncipe. Este histórico inmueble de la Ciudad Vieja está siendo reparado por Afundación, entidad que es propietaria del mismo.

Las obras afectan sobre todo al tejado del edificio, que presentaba problemas de filtraciones de agua, y también incluyen las habituales tareas de limpieza de canalones y bajantes de agua y demás labores de mantenimiento, según explicaron fuentes de dicha entidad.

Este edificio había sido cedido por la entonces Caixa Galicia a la Real Academia Galega, en un acuerdo firmado el 16 de marzo del 2007. La intención de la entidad cultural era entonces trasladar parte de sus fondos, sobre todo bibliográficos, a este edificio ubicado a escasa distancia de la sede de la RAG.

Sin embargo, con el paso del tiempo los responsables de la Academia constataron que no les era posible afrontar las obras que había que llevar a cabo en la casa que había habitado la familia de Rosalía de Castro y su marido, Manuel Murguía, para poder convertir la misma en un nuevo centro cultural. Por este motivo, y después de contar incluso con un proyecto para la realización de dichos trabajos que había elaborado uno de los académicos, Andrés Fernández Albalat, los responsables de la Academia Galega asumieron que no tenían más remedio que devolver el inmueble a quienes se lo había cedido y seguir con las instalaciones actuales. La decisión fue costosa ya que se trataba no solo de contar con un segundo espacio para sus actividades sino de recuperar para las actividades culturales una casa vinculada a dos personajes fundamentales de la cultura gallega como Rosalía de Castro y Manuel Murguía. Por ahora, la casa sigue obras.

La vivienda en la que nació su hija Amara y donde escribió el poema a Sir John Moore

La presencia de Rosalía de Castro en A Coruña se debió a que su marido, Manuel Murguía, «fora nomeado director do Arquivo Xeral do Reino», entidad que se encuentra a escasos metros del inmueble. Esto explica Anxo Angueira, presidente de la Fundación y Casa Museo Rosalía de Castro. La familia ocupó el número 3 de la calle del Príncipe desde finales del año 1870 hasta 1875. Sin embargo, en aquellos años, apunta Angueira, el nombre de la calle era otro, ya que se llamaba Padilla.

Este especialista en la figura de Rosalía de Castro señala asimismo que fue en esta casa donde nació la quinta hija del matrimonio, Amara, y precisa que lo hizo el 17 de julio de 1873.

Versos en San Carlos

Pero la maternidad no le impidió a la autora de obras como Cantares gallegos continuar con su tarea literaria y así, detalla Angueira, fue precisamente en esta vivienda de la calle Príncipe donde escribió unos versos que hoy en día todavía se pueden ver en una placa en el jardín de San Carlos: «Na tomba do xeneral inglés Sir John Moore...».

De todos modos, la vinculación de la familia de Rosalía con A Coruña no se rompió con la marcha de la misma en 1875, puesto que años más tarde su hija Gala se instalaría en la ciudad, en el número 14 de la calle San Agustín. Sería precisamente en este lugar donde fallecería Manuel Murguía en 1923 y ella misma, Gala, también moría en 1964. Lo hizo justo al año siguiente de que en su casa recibiera un homenaje de un grupo de numerarios de la Real Academia Galega con motivo de la celebración del primer Día das Letras Galegas, dedicado precisamente a Rosalía de Castro.

La casa de la calle del Príncipe pasó por diversos avatares y en los años noventa albergó un local de hostelería, con el nombre de Casa Rosalía, en el que se daban cita poetas y escritores participantes en encuentros literarios en la ciudad o los cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Ahora lleva más de una década cerrada, tras el intento fallido de ser sede de la RAG.