![](https://img.lavdg.com/sc/816fv04HMV7x7T-PdmFGZsQQGYQ=/480x/2017/05/12/00121494608343383342206/Foto/HY13C5F2_185754.jpg)
El Día del Niño Hospitalizado llenó el Teresa Herrera de globos cargados de intención
13 may 2017 . Actualizado a las 12:46 h.Aitor ayudó a la profe del hospital, Yolanda Amor, para hinchar decenas de globos. Todos con muchos labios pintados y de todos colgaban dibujos, mensajes de letra infantil y vales para siempre «por un beso cuando tú quieras». Cris esbozó una flor de regalo, hubo muchas tarjetas de ánimo y hasta consejos como «escucha la canción que te guste, te ayudará a sentirte mejor». En medio, la doctora Bip Correpasillos de aquí para allí extendía recetas de muacs con su boli gigante, Juan repartía chuches y la Ciberaula, ese kit kat en medio del Materno, fue una fiesta. Sucedió ayer, Día del Niño Hospitalizado, donde papás, abuelos y niños olvidaron por un rato los males que los llevaron al Teresa Herrera. Hasta la pequeña Aldara, en su silla de ruedas, se aisló un rato del enfado por un atropello que, desde Ourense, la tiene fuera de casa y lejos de su hermano.
Cada año, pasan por las unidades de hospitalización de Pediatría alrededor de 2.000 pequeños. «Hemos intentando humanizar al máximo posible la estancia, porque cuando un niño tiene que ser ingresado siempre supone una ruptura para él y para su familia: no puede ir al cole, ni estar en casa, ni salir a jugar... por eso procuramos hacer del hospital un entorno más amable para evitar en lo posible el impacto psicológico», explicó Jerónimo Pardo, jefe de Pediatría del Materno.
La tendencia es, precisamente, evitar siempre que sea posible tener que ingresar al niño, de ahí que se apueste por soluciones ambulatorias cuando es médicamente factible, e incluso se han adoptado medidas organizativas como evitar, por ejemplo, el ingreso para la realización de pruebas y, cuando se puede, incluso para tratamientos.
Cinco días
La estancia media es de cinco días, pero eso no significa que otros no tengan que pasar hasta un mes, o más, hospitalizados. Es el caso de los niños con enfermedades graves, como los oncológicos, o los sometidos a intervenciones importantes, caso de las de cirugía cardíaca, donde el Materno es el centro de referencia para toda Galicia, junto con las de cirugía pediátrica, traumatología y otorrino, que en casos pasan a planta tras un período en la uci. Estos dos supuestos son también los motivos más frecuentes de ingreso, tras los procesos infecciosos, generalmente respiratorios y gastrointestinales.
Para los que, pese a todo, tienen que permanecer en el Materno, «intentamos que su tiempo aquí sea lo más agradable posible: tienen cole con profesora, hacemos actividades lúdicas por la mañana y por la tarde contando con voluntarios, hemos abierto una sala de juegos, montado una biblioteca, cuentan con la iberaula con juegos, hemos renovado los televisores en las habitaciones...», enumera el responsable antes de agradecer la colaboración para todo ello de entidades como la Fundación María José Jove, la Caixa o Ikea. «Son iniciativas que pueden parecer superficiales, pero que a la larga notan los niños, y sus familias las agradecen», apunta.
Visitas como las de los jugadores del Dépor o asociaciones que de forma altruista colaboran a hacer menos aburrido el ingreso, como los doctores Sonrisa o la Tropa Korriban de Star Wars, son motivo más que suficiente, a veces, para que los propios pequeños pidan quedarse un día más.
Fiestas de disfraces, clases de pintura, de cubo de Rubik, concursos, actuaciones de grupos de animación.... son algunas de las oportunidades que hace unos años eran inimaginables en un hospital, pero que hoy son prácticamente fijas en el Materno, un centro en el que «nos gustaría hacer más y contar con más medios -dice Pardo-, pero en el que, desde luego, todo el mundo está concienciado». Saben de la importancia de desdramatizar la enfermedad, al menos para los más pequeños.