El espray devora el brillo de la milla de oro

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA

A CORUÑA

En año y medio, las pintadas se han multiplicado en una calle Real cada vez más degradada

01 oct 2018 . Actualizado a las 12:52 h.

Durante el último año y medio, las pintadas se han multiplicado en la calle Real, la «milla de oro» del comercio coruñés. Esa afirmación no es fruto de una sensación subjetiva de los vecinos o los comerciantes, sino que puede comprobarse con medios objetivos. Basta con comparar las fotografías que acompañan esta información con las imágenes que ofrece el programa Google Maps de esos mismos lugares en julio del 2017 o noviembre del 2016.

El contraste es evidente y demuestra que los grafitis han proliferado con gran velocidad.

Donde antes había paredes casi limpias, como en el número 18 o en el Sporting Club Casino, ahora hay una o más pintadas. Los diferentes colores y sustancias empleadas indican que fueron realizadas en días distintos y quizá por personas también diferentes.

Donde hace año y medio había algún grafiti, como en los números 88 y 45, la degradación se ha acelerado todavía más, y hoy ya se pueden contar por decenas.

Casi ninguna pared de la calle Real, que a su papel como «milla de oro» suma que está incluida en el plan especial de protección del casco histórico, está ya libre de pintadas. Hasta el punto de que, en las últimas semanas, quienes las perpetran han elegido como lienzo los escaparates de tiendas, multiplicando el daño que causan al comercio local.

El problema no se queda en la calle Real. También las vías aledañas sufren bajo el espray. En Alcalde Canuto Berea hay tantas pintadas que las últimas también se hicieron en los escaparates. Los propietarios de negocios en esa vía dicen que aparecen nuevos grafitis casi a diario. En la calle Bailén y en Riego de Agua también se han multiplicado durante el último año y medio.

En toda la zona se salvan los edificios de la Administración, como el Teatro Rosalía o la Subdelegación del Gobierno, protegidos por cámaras y beneficiarios de la limpieza pública. En los demás muros, manda el espray.