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El PSOE negoció con BNG y Marea y dejó para el final a PP y Ciudadanos, con cuyos votos ya sabe que no cuenta
14 jun 2019 . Actualizado a las 20:04 h.La semana de negociaciones entre partidos iniciadas por el PSOE finaliza de un modo similar al que empezó, con los socialistas perfilándose como un gobierno local en minoría, con nueve ediles de 27, y buscando apoyos en otras bancadas para sacar adelante sus proyectos. Eso o alcanzar un acuerdo que, en todo caso, sería posterior a la investidura. O todo cambia radicalmente en las próximas 24 horas o el PSOE gobernará sin pacto.
En los últimos siete días los de Inés Rey dieron prioridad a las citas con aquellos partidos cuyo voto necesitaban para garantizar la investidura. Más allá de las llamadas y encuentros informales, el equipo negociador de Rey -Juan Díaz Villoslada, José Manuel Lage Tuñas y Santiago Roura- se reunieron el pasado martes tanto con la Marea como con el BNG.
La cita con los de Ferreiro fue en el hotel Atlántico y con los nacionalistas, en María Pita. Ambas formaciones garantizaron su apoyo a Rey, evitando con él que sea alcaldesa Beatriz Mato, la número uno del PP, fuerza más votada en las pasadas municipales, con 399 papeletas más que los socialistas.
Esos encuentros acabaron con acuerdos blandos, lejos de algo parecido a un pacto, con los partidos comprometidos a elaborar sendos documentos de bases programáticas en los que buscar puntos de intersección en los que coincidan los tres grupos. Es decir, en el fondo, todo sigue abierto.
El miércoles, Rey insistía en que nada estaba descartado. Ahora bien todo lo que queda por concretar parece que se hará después de tomar, mañana, el bastón de mando. Los grupos pueden ofrecer su apoyo año a año, un acuerdo de mandato o directamente un pacto de gobierno.
Los nacionalistas parecen mirar hacia un acuerdo de mandato, con la dirección de ese partido indicando que solo quiere pactos allí donde, con el PSOE, sumen una mayoría que les permita maniobrar sin ataduras durante los cuatro años. En A Coruña no se da esa circunstancia, porque Jorquera y Rey aglutinan 11 concejales, a tres de la mayoría. Si el BNG apoya, la alcaldesa tendrá que buscar en los de Ferreiro otras tres manos.
Donde sabe que no las encontrará es en los otros dos partidos que conformarán la oposición, el PP y Ciudadanos. Con ambas formaciones mantuvo ayer breves conversaciones Rey, las últimas antes de la investidura, sabiendo que matemáticamente ese diálogo no dará frutos.
Con Mato ya habló Rey días después de los comicios para rechazar el pacto que esta le ofrecía, con el PP en la alcaldía. A Mónica Martínez (Ciudadanos) la tendrá en cuenta, pero lo cierto es que matemáticamente su único voto en el pleno no mueve la balanza. Esa vía, pues, tiene poco recorrido.
El mandato arranca mañana y lo hará de la misma manera que empezó el anterior, con un gobierno en minoría y necesitado de apoyos. Hace cuatro años el PSOE levantó la mano y advirtió que su voto a Ferreiro no era un cheque en blanco. Ahora la Marea hace lo mismo y con las mismas palabras con Rey. La líder socialista, que será la primera alcaldesa de la ciudad en democracia, ya llamó a sumar fuerzas para sacar adelante proyectos comunes. Falta por saber quién responde a la llamada.
Una relación pendiente de los pactos a nivel nacional y de las diputaciones
Las políticas de pactos a nivel local no dependen tan solo de lo que decidan las agrupaciones respectivas en cada lugar. Todos los partidos están pendientes de lo que suceda en otros escenarios.
Los socialistas coruñeses no verían mal cerrar un pacto con el BNG, y hasta es posible que los nacionalistas coruñeses tampoco. A estos últimos les permitiría lograr una mayor visibilidad y a Inés Rey reforzar su situación en el pleno, dejando a la Marea como única fuerza de izquierdas en la oposición. El problema es que la dirección del BNG a nivel nacional prefiere otro camino: sí vale repetir en las diputaciones y sí vale en ayuntamientos como el de Lugo, donde suman mayoría. Pero el partido no quiere un desgaste en gobiernos sin mayorías con la campaña de las autonómicas a la vista.
Sánchez y Podemos
A nivel nacional la vista de muchos está puesta también en la relación entre Pedro Sánchez y Podemos. A la presión de estos últimos por entrar en el Gobierno haciéndose con ministerios ha respondido el presidente, hasta ahora, sin abrir esa puerta. Ese modelo se mira también desde las ciudades donde están las corporaciones por constituir, pero con una diferencia en el caso de A Coruña: en Madrid los votos de Pablo Iglesias no suman para alcanzar una mayoría absoluta, mientras en la ciudad esa cuenta sí le daría a Inés Rey y a quien sea el próximo portavoz de la Marea.
Esto último, por ahora, tampoco se ha aclarado, pues Ferreiro, que concurría como número uno de la Marea, no cogerá su acta. El puesto, automáticamente, recaerá en la número dos, María García, pero aunque suena su nombre los ediles del partido pueden nombrar otro portavoz.