Tres bandas locales cumplen su sueño en el Noroeste

Brais Novoa / Fernando Molezún A CORUÑA / REDACCIÓN

A CORUÑA

Portland y LORA telonearán a Patti Smith en Riazor; The Rapants ocuparán el escenario de la playa el sábado

09 ago 2019 . Actualizado a las 12:46 h.

Que el Noroeste reina ya como uno de los festivales más importantes de Galicia es algo innegable. Pero la cita también supone una oportunidad inmensa para aquellas bandas que intentan hacerse un hueco en la industria musical: con muchas dificultades en el camino hacia el éxito, las propuestas ajenas a los circuitos mainstream no suelen cejar en su empeño de tocar ante cientos de personas. Y desde luego nada es imposible.

Portland, LORA y The Rapants, tres bandas nacidas en A Coruña, forman parte del cartel del festival que estos días invade la ciudad de música. Da igual si haces rap, pop o beats electrónicos de última tendencia, la oportunidad es innegable. «Estamos todavía asimilándolo», «es increíble tocar en un festival en el que hay de todo», afirman los dos primeros, que compartirán público con Patti Smith y Nathy Peluso. The Rapants tampoco se quedan cortos, y ocuparán el escenario de la playa de Riazor el sábado a las 21.00, calentando motores para Belako (22.00) y The Sounds (00.00).

El festival se posiciona así no solo como una de las propuestas más atractivas del panorama nacional, si no también como una oportunidad más para hacer crecer a la industria musical y poder, sin duda, hacer de este arte algo mejor.

Todo contra la lluvia

Las malas previsiones no detendrán los conciertos de hoy en la playa de Riazor: Patti Smith y Nathy Peluso conquistarán a partir de las 22.45 al público, como ya hicieron ayer Toundra en la carpa de Campo da Leña y Escuchando Elefantes en la plaza de la Constitución. Fueron precisamente estos últimos los que resucitaron el espíritu festivo en una tarde de fuertes lluvias, pero que terminó con el pop calmado y medieval del dúo coruñés: las guitarras y los pianos de Silvia y Carlos trasladaron al público la belleza del propio espacio en el que tocaban, con letras profundas y evocadoras que llevan la mente hasta lugares imagianrios perdidos en la memoria.

Estos dos espacios cubiertos del festival (también el Teatro Colón y la Fundación Luis Seoane ofrecen refugio de la lluvia) transmitieron el espíritu combativo del público presente, que no dejó de aplaudir a unos artistas que se dejaron carne y hueso sobre el escenario, con sensibilidad y un poder especial para transmitir el alma de una propuesta tan particular como el resto.