«Toni, que che parece se...?»

La Voz

A CORUÑA

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Antonio San Luis Ventoso (Camariñas, 1946 - A Coruña, 2019) acompañaba a los enfermos y prestaba servicios a personas de su entorno

22 ago 2019 . Actualizado a las 23:35 h.

Antonio San Luis Ventoso, Toni, era un hombre que ayudaba a la gente. Ofrecía su compañía y solidaridad a sus familiares enfermos y amigos, tanto en casa como en los hospitales. Era cercano a los sacerdotes, especialmente a quienes estaban solos y enfermos. Vivía siempre atento al servicio de las parroquias coruñesas de su entorno, en especial las de San Pio X (Las Esclavas), Nuestra Señora del Socorro, Nuestra Señora de los Rosales y San Francisco Javier. Su delicadeza para ayudar a las personas sencillas alcanzaba hasta los pequeños detalles de colaborar en la búsqueda de un trabajo, el cuidado de personas mayores en casas, etcétera.

Él tenía mucha preocupación por el servicio a la personas y en diferentes ocasiones atendía la iniciativa de su esposa Chus Castro, periodista de la Radio Galega, que sugería: «Toni, que che parece se...?». Y a él le parecía. «Complementábanse moi bien», destacan quienes les conocen de cerca.

Toni era de Camariñas, tierra de especialistas en el encaje, en ir palillando juntos la vida, pase lo que pase. Antes de casarse fue emigrante en Venezuela durante más de una década. Guardaba muy vivos recuerdos de esa etapa. Quizá por esta experiencia de emigrante era un magnífico anfitrión cuando familiares de Inglaterra o Estados Unidos venían a pasar unos días con ellos. Y siempre preocupado por mantener la unidad de su familia en un sentido amplio, a pesar de sus compromisos laborales con la empresa de suministros eléctricos en la que trabajó hasta su jubilación.

Tres días antes de su fallecimiento era el santo de Chus. La celebración familiar hubo de posponerse por diversos compromisos. Ese día, al mediodía, ella le comentó lo que iba a hacer para la comida. Tras escucharla con ese cariño que se le notaba en la mirada, le sugirió que echara un vistazo al frigorífico. Allí habían aparecido percebes y albariño, algo especial para ella. Días más tarde, el sábado, ya harían otra celebración con todos, comentó él. Ese era Toni. Finalmente no pudo ser porque ese sábado fallecía de forma fulminante mientras, una vez más, estaba preparando la comida para que disfrutara toda la familia.

Como buen camariñán, Toni era muy devoto de la Virgen del Carmen, a la que se le aplica esta sentencia: «En la vida protejo, en la muerte ayudo y después de la muerte salvo». Quizá ahora, cuando le pidamos a la patrona de los marineros que cuide con mimo de Chus [a la que tantos tanto le debemos] y de su familia, la Madre del Cielo le pregunte a este curtido camariñán: «Toni, que che parece se...?».

Severino Suárez, párroco de San Francisco Javier, y Manolo Rodríguez, periodista.