Treinta policías impedirán hoy que se celebre otro nuevo botellón

Eduardo Eiroa Millares
Eduardo Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

César Quian

Ocho vehículos del 092 y varias cámaras vigilarán que no se traslade a otro sitio. Los operarios ya han colocado las señales que indican que es zona especialmente protegida

30 ene 2020 . Actualizado a las 13:23 h.

El dispositivo policial que desde este jueves hará cumplir la prohibición municipal de celebrar botellones en los jardines de Méndez Núñez ya está listo. Estará compuesto por 30 agentes del 092, que dispondrán de ocho vehículos y contarán con el apoyo de las cámaras existentes en las calles de la zona.

Desde el Ayuntamiento explican que los policías no estarán concentrados exclusivamente en el parque. Allí habrá una dotación variable, en función de las necesidades, para indicarle a los jóvenes que se acerquen que ya no pueden permanecer allí.

El área ha sido declarada zona especialmente protegida (ZEP) y en ella están prohibidas las concentraciones de personas que perturben el descanso. Bajo esa figura actuará la policía, que podrá poner multas de entre 200 y 3.000 euros, si bien la intención no es empezar a hacerlo el primer día, sino informar a quienes allí acudan de que ya no pueden hacerlo. Los operarios municipales han colocado a lo largo de la mañana del jueves los carteles que indican que la zona ya cuenta con esta distinción, como así se constata en el Boletín Oficial de la Provincia.

César Quian

El dispositivo policial no se centrará solo en los jardines, sino que también se vigilará el entorno para impedir que el botellón que de allí salga acabe instalándose en otro lugar. Los vecinos del Orzán ya mostraron su preocupación y ese barrio será vigilado, como también lo serán las zonas abiertas más cercanas, como el Parrote y la Marina.

La vigilancia comenzará esta noche hacia las diez, pero se volverá a repetir mañana y el sábado, y también en las próximas semanas hasta que ya no acudan jóvenes a reunirse allí, al igual que sucedió en su día con la plaza del Humor, también zona ZEP, como la Ciudad Vieja, Santa Catalina y algunas plazas del Orzán.

La decisión de prohibir el botellón en Méndez Núñez, parque que está en proceso de ser declarado BIC, se tomó por los daños reiterados que esa práctica producía en el emblemático jardín coruñés.

El gobierno local de Inés Rey no quiere el botellón allí y, de hecho, tampoco lo quiere en ningún otro lugar. La policía calcula que unas mil personas se reúnen en Méndez Núñez en cada botellón, a una media dos por semana -jueves y sábados-, además de los días víspera de festivo.

Muchos jóvenes recogen los restos que producen, pero otros muchos no lo hacen y cada mañana el parque amanece cubierto de bolsas, botellas rotas y restos orgánicos que tienen que ser retirados. 

Valoración de los lectores

Los lectores de La Voz celebran, en general, la prohibición, pero muchos muestran sus dudas. «Igual se vuelven a la plaza del Humor», indica uno. «No veo por qué hay que brindar un espacio público para semejante desorden», decía otro en la web. Una más recordaba que «esto solo pasa aquí, porque en Europa no hay botellón», y otro aseguraba que no hay solución: «Algún sitio encontrarán para tirar basura al suelo».

Cerca de 400 toneladas de basura al año y 1.500 horas de trabajo para retirarla

En los últimos doce meses la empresa de limpieza, Cespa, acudió a Méndez Núñez a limpiar los restos en 68 ocasiones. Extrajeron una media de 2.500 kilos en cada ocasión, con picos de casi cinco toneladas. En total, cerca de 400 toneladas de residuos de todo tipo que tuvieron que ser retirados después de cada fiesta en 12 meses.

Para limpiar todo eso acuden los domingos equipos formados por diez personas con distinta maquinaria. El número es algo menor tras el botellón de los jueves: seis limpiadores con maquinaria. Trabajan de siete a diez de la mañana, aunque a veces han de quedarse más tiempo por el elevado volumen de residuos. En total, los operarios, pagados por el Ayuntamiento, invierten cerca de 1.500 horas al año en recoger las botellas, muchas veces rotas, que dejan allí los asistentes, así como los restos orgánicos de las fiestas.

Por su parte, la Policía Local tiene registradas cientos de incidencias vinculadas con el botellón de los jardines. Allí han intervenido tras detectar a un grupo de jóvenes destrozando plantas, otros por estar encima de contenedores, otros por insultar a viandantes. Los agentes acudieron por denuncias por agresiones, para frenar a «jóvenes rompiendo todo lo que encuentran», o para localizar un hombre ebrio que se lio a golpes con un palo de escoba con los coches aparcados en Entrejardines. En ese lugar, una noche, otros tres arrancaron un camión grúa que estaba estacionado allí. Hubo robos, decomisos de armas blancas e intervenciones de los bomberos por fuegos en papeleras.