Los centros comerciales extreman las medidas de precaución para la compra segura
25 may 2020 . Actualizado a las 20:03 h.El reloj va a marcar las 11 y empieza a escucharse gente hablando en voz alta, aunque no mucha. En la administración de lotería del centro comercial de Los Rosales es el único lugar en el que hay cola, en la que dos metros de distancia parecen pocos.
Se respira alivio por poder volver al centro comercial, pero se mezcla con el miedo a un posible contagio por coronavirus, esa enfermedad que ha cambiado nuestra forma de vida totalmente.
En las tiendas abiertas no falta el desinfectante encima del mostrador y a nadie se le olvida que al entrar al establecimiento debe utilizar el gel hidroalcoholico que hay en la entrada. En la perfumería parece que la mascarilla no es suficiente y utilizan por encima la pantalla protectora.
Para poder cambiar de una planta a otra sin cruzarse entre los compradores, se ha habilitado una escalera mecánica de subida y otra de bajada, recordando, eso si, evitar tocar el pasamanos.
Carteles informativos advirtiéndonos de que no nos toquemos la cara, que usemos mascarilla y que tosamos hacia el codo. Seguimos caminando y vemos la zona de juegos cerrada, deseando que algún niño vuelva a reír en su interior mientras sus padres realizan la compra en el supermercado, en el que ahora hay mamparas en las cajas, sin que tengan que preocuparse por un virus. Ellos, los padres, que están deseando que el único problema de sus hijos vuelva a ser una simple caída de un tobogán.