La Marea tira el último puente con Podemos

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

Desoye el trato de aliado que le da la formación morada y la acusa de transfuguismo, romper la confluencia y deteriorar la confianza ciudadana por su entrada en solitario en el pleno

08 oct 2020 . Actualizado a las 10:24 h.

Para la Marea Atlántica, Podemos alienta en A Coruña «unha nova operación de transfuguismo» y, «lonxe de facer unha análise autocrítica dos resultados das eleccións autonómicas do 12 de xullo -cuando perdió su representación en el Parlamento gallego-, parece querer insistir na ruptura dos espazos de confluencia, a liquidación do capital político acumulado nos últimos anos e o agravamento do deterioro da confianza da cidadanía nos nosos proxectos políticos».

Así reaccionó la coordinadora de la Marea a la decisión de Podemos de que su exsecretaria general, Isabel Faraldo, entre en el Ayuntamiento como concejala no adscrita, sin integrarse en el grupo de la Marea. El objetivo, explicó la propia Faraldo, es que el partido morado tenga voz propia en A Coruña por primera vez.

La postura de Podemos

Independientes, pero aliados. Faraldo y el secretario municipal de Podemos, José García Buitrón, que la acompañó en la rueda de prensa para explicar la decisión de la asamblea del partido, evitaron toda crítica a la Marea. Ambos insistieron en que es hora de que su partido tenga su propia representación en A Coruña, algo que no ocurrió hasta ahora, señaló Buitrón, por su historia de alianzas. «No renunciamos al pasado, pero debemos ser actuales y ha llegado el momento de expresarnos con voz propia», dijo. 

Faraldo explicó que en los «últimos procesos electorais a cidadanía mandou unha mensaxe» y «rexeitou as sopas de siglas, porque quere certezas». Una de ellas, añadió, es que «somos Podemos dende que nacemos. Somos o que vedes aquí, Podemos».

Buitrón destacó que la Marea es «un grupo político muy importante y con mucho impacto para la mayoría social», con el que comparten muchos aspectos de «contenido político y social». «Nos sentimos aliados», afirmó. 

La posición de la MArea

Fuera, la perdición. A esa especie de petición de divorcio de mutuo acuerdo contestó la Marea casi parafraseando a San Cipriano de Cartago cuando escribió: «Extra Ecclesiam nulla salus [fuera de la Iglesia no hay salvación]». Para la Marea, «a única opción honesta, ética e democrática» es que Faraldo «se sume ao grupo municipal da Marea Atlántica en igualdade de condicións co resto das concelleiras». De lo contrario perpetraría «unha nova operación de transfuguismo no Concello da Coruña. Sería a segunda tras a protagonizada por unha edil de Ciudadanos», dijeron en referencia a la concejala de Deportes, Mónica Martínez. 

 

La dirección gallega

Reforzar la marca propia. La Marea plantea que la dirección gallega de Podemos -la misma a la que acusó de no asumir la derrota en julio- intervenga y corrija a su agrupación coruñesa. 

No parece que vaya a ser así. Buitrón explicó que la decisión de la asamblea se tomó sin directriz alguna de la dirección estatal o autonómica, aunque esta última conoce la situación y ha compartido la información con ellos.

Es más, en los documentos que se debatirán en la próxima conferencia política de Podemos Galicia, la dirección del partido liderada por Antón Gómez-Reino apuesta por reforzar su marca propia, ya que desde el 2014 no logró forjar «pilares sólidos» y apostó por «fórmulas de coalición de partidos» que no reforzaron a Podemos, sino que han provocado la «invisibilización» del partido en el escenario gallego. Según el análisis, Podemos aportó «buena parte de la fuerza electoral» a En Marea y otras candidaturas similares, pero fue «a costa de su propia marca», lo que explica su «escasa implantación territorial e institucional».

 

Relación de los partidos

Una ruptura en diferido. El escenario de A Coruña se ajusta al análisis de la dirección gallega de Podemos, señalan fuentes del partido. La Marea Atlántica capitalizó el esfuerzo de la formación morada en el 2015, que a pesar de verse excluida de los puestos de salida de la lista dio un amplio respaldo a la candidatura de Xulio Ferreiro. La pieza clave de ese apoyo fue el mitin que un Pablo Iglesias en la cumbre de su popularidad dio en Palexco el 12 de mayo de aquel año. La cita revolucionó la campaña y disparó las expectativas de la Marea, que obtuvo la alcaldía.

La alianza se rompió solo unos años después, cuando la Marea prohibió a sus cargos electos acudir a los mítines de Podemos y le negó su apoyo electoral. Ferreiro incluso se negó a confirmar si votaría a Iglesias, para preservar sus opciones en las municipales. Pero la estrategia de distanciarse de un Podemos en horas bajas no impidió que Ferreiro perdiese la alcaldía, y se convirtió en un error estratégico cuando Iglesias llegó a la vicepresidencia.

La ruptura, ya un hecho por entonces, se hace oficial ahora. 

La situación en A coruña

Aislamiento creciente. Desde su fundación en el 2014, la Marea Atlántica no ha forjado alianzas duraderas con ninguna fuerza situada fuera del espacio del «rupturismo». Los enfrentamientos han sido continuos tanto con los grupos situados en el otro extremo de ese espectro ideológico -PP y Cs- como con los ubicados en la izquierda -PSOE y BNG-.

Pero la ruptura con Podemos, materializada en el rechazo incluso al trato de «aliados» que planteó Buitrón, es distinta. El partido morado está en la génesis de la Marea y puede competir por todo su espacio político.

Para el pleno coruñés, la entrada de Isabel Faraldo en diciembre no supondrá un cambio de equilibrios -sí lo habría si un edil más dejase la Marea-, pero añade nuevas combinaciones para el PSOE en el cada vez más diverso bloque de izquierdas. Faraldo afirmó que trabajará «polo encontro e a negociación» con la vista puesta en mejorar aspectos como la movilidad, que está centrando gran parte del esfuerzo del gobierno socialista.