Desde junio del año pasado se han marchado tres ediles, dos han dejado el grupo por el que se presentaron, el gobierno local se reorganizó dos veces y se destituyó a uno de sus componentes
05 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.¿Tiene la frescura de la primera corporación democrática o es solo un indicio de inestabilidad? Depende de a quién se le pregunte en María Pita. En lo que coinciden todos es en que la ciudad tiene el pleno más mutante desde 1983. En año y medio dejaron el Ayuntamiento tres concejales, dos ediles abandonaron las candidaturas por las que se presentaron, el gobierno local se reorganizó otras tantas veces y se cesó a uno de sus componentes. La alineación de todos los partidos ha sufrido cambios excepto la del BNG, que ha hecho bandera de su estabilidad para postularse como alternativa de futuro.
PSOE
El enemigo interior. El 1 de septiembre, la alcaldesa, Inés Rey, aprobó la primera gran remodelación de su gobierno. Incorporó al gobierno como concejala de Deportes a Mónica Martínez, exportavoz de Ciudadanos. Al anterior responsable de esa área, Juan Ignacio Borrego, le delegó las competencias de Seguridad Ciudadana. La regidora asumió Cultura, que gestionaba hasta entonces Jesús Celemín junto a Educación y Memoria Histórica.
Esa crisis fue ordenada, pero en noviembre estalló otra más convulsa cuando Rey apartó a la concejala de Empleo y secretaria general del PSOE coruñés, Eva Martínez Acón, de su gobierno.
La regidora explicó su decisión por la «deslealtad» de Martínez Acón, y porque «no fue capaz de asumir» la responsabilidad del cargo. La secretaria general respondió que la habían separado del puesto por una discrepancia sobre el pago de las cuotas al partido. Para sorpresa otros muchos alcaldes gallegos, que esos días se pusieron en contacto con Rey y su entorno, la dirección gallega del PSdeG -a la que es próxima Eva Martínez- se opuso en público a la decisión de la regidora, que como todo alcalde tiene potestad para ordenar el gobierno.
La crisis, que hunde sus raíces en la larga historia de luchas intestinas del PSOE coruñés, se ha acallado, pero está lejos de haber quedado cerrada y es probable que tenga réplicas cuando se dispute el liderazgo del PSdeG, cuando se renueve la dirección local, el año que viene; y sobre todo cuando se elija la candidatura para las próximas municipales.
Marea Atlántica
Ruptura y fragmentación. La Marea, que en el 2015 criticaba la decisión del exalcalde Carlos Negreira (PP) de dejar la corporación ocho meses después de perder las elecciones, vio como su cabeza de lista, Xulio Ferreiro, dejaba el Ayuntamiento cuatro días después de perder las elecciones y la alcaldía. No pasó ni un día en la oposición, al contrario que Negreira, que antes de ser alcalde fiscalizó cuatro años a su predecesor, Javier Losada.
La marcha del referente, que después se quedó fuera de la lista de las autonómicas, vino seguida de la confirmación de la ruptura interna. En julio de este año, un grupo de militantes en el que figuraban los exconcejales y fundadores del partido, María Eugenia Vieito, Rocío Fraga y José Manuel Sande presentaron un escrito en el que pedían la «democratización» de la Marea. Su petición fue rechazada por el sector mayoritario, próximo al exalcalde. Solo unos meses después, el también fundador y exedil de Urbanismo, Xiao Varela, dejó el Ayuntamiento. Afirmó que había «defendido sen éxito na miña organización» la necesidad de pactar con el gobierno del PSOE.
Su marcha abrió una crisis que fructificó este jueves, cuanto entró en el pleno su sustituta, Isabel Faraldo, exsecretaria general de Podemos, que quiso dar voz a esa formación. Faraldo no pasó ni un minuto en el grupo de la Marea, que la había acusado de tránsfuga y había negado el apoyo a Podemos en las elecciones generales. Antes de tomar posesión, envió un escrito a María Pita informando de que sería concejala no adscrita. La Marea se queda así con cinco ediles en el pleno y ningún referente en el Parlamento gallego o estatal.
PP
Tres portavoces. El PP arrancó el mandato con una exconselleira al frente, Beatriz Mato, que mejoró los resultados de su partido, pero no logró la alcaldía. Al contrario que Ferreiro, Mato no dejó el Ayuntamiento de inmediato. Espero a diciembre del año pasado, cuando el grupo municipal ya estaba rodado, para anunciar que dejaba no el acta, sino toda la actividad política para dedicarse al mundo de la empresa privada, en el que había arrancado su carrera. Tras su marcha asumió la portavocía su número dos, Roberto Rodríguez, que continuó en el cargo de forma provisional hasta octubre de este año. El cargo pasó entonces a Rosa Gallego, que ya era portavoz en el anterior mandato, y que sonó como posible candidata a la alcaldía hasta la elección de Mato.
En la parte orgánica, la exconselleira dejó paso al edil y Parlamentario Martín Fernández Prado, que asumió la presidencia local. Fernández Prado será el próximo presidente de la Autoridad Portuaria de A Coruña. Su nombramiento obligará a nuevos movimientos en el grupo municipal, ya que, como era previsible por la importancia del cargo, Fernández Prado dejará la corporación para dirigir el Puerto. El siguiente en la lista es Juan Carlos Varela, inspector de Educación y catedrático de Inglés en Secundaria, que ya fue director de área de Educación del 2011 y el 2015.
Ciudadanos
Un edil solo un año. Mónica Martínez se convirtió en junio del 2019 en la primera concejala de Ciudadanos de la historia de A Coruña. Pero al partido naranja, aquejado pese a su juventud de problemas internos que le impiden funcionar desde el 2015, la alegría le duró un año. En junio, Martínez anunció que dejaba Ciudadanos, cansada de los choques con la dirección gallega.
Unos meses después, en septiembre, entró en el gobierno del PSOE como titular de Deportes. Coincidiendo con el divorcio de Podemos, y según fuentes municipales como una vía de presionar a Faraldo, la Marea se revolvió contra esa decisión y acusó a la concejala de transfuguismo y a la alcaldesa de alentarlo. Los técnicos municipales, tanto el secretario como la asesoría jurídica, han concluido que no se ha dado tal transfuguismo.