Los centralistas nos venden ahora sus elecciones regionales como si fuesen las presidenciales de Estados Unidos
27 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Este país es tan sumamente centralista que un señor ha dejado la vicepresidencia del Gobierno de España para intentar ser consejero de la Comunidad de Madrid, que es algo así como si has llegado a dueño del banco y luego te presentas a la promoción interna para pasar a bedel.
Yo entendería que Pablo Iglesias dimitiese de lo suyo para competir por la presidencia de la Asociación de Veciños de Peruleiro-Mariñeiros. O incluso para opositar a pregonero de las fiestas de María Pita. Pero dejar la Moncloa para estar a por uvas en la Puerta del Sol a mí me resulta incomprensible. Salvo que sea por pereza. Si Iglesias ha pedido el descenso de categoría para trabajar menos, todo mi respeto. A los vagos hay que quererlos y mimarlos mucho, porque empiezan a ser una especie en vías de extinción. Y sin gente ociosa no hay civilización que progrese. ¿Qué se piensan que eran Homero, Aristóteles y los demás griegos que lo inventaron todo? Unos vagos y maleantes de libro.
Y hablando de maleantes, los centralistas nos venden ahora sus elecciones regionales como si fuesen las presidenciales de Estados Unidos, y hasta han intentado colarle a Europa una Superliga de fútbol con sede en el despacho de un tal Pérez, como si la UE fuese un municipio más de su provincia.
No sé si en Madrid son conscientes de la murga que nos están dando y de que aquí nos preocupa más el Dépor-Langreo que su Superliga y sus riñas de señoritos.
Dice Ayuso que uno va a Madrid a que lo dejen en paz. Genial. ¿Y adónde tenemos que irnos el resto para que nos dejen en paz Ayuso y los mandamases de Madrid?
Somos gente humilde, más de furanchos que de reservados. Con que Madrid no nos mate de aburrimiento con sus teles madrileñistas y madridistas nos conformamos. Tampoco es mucho pedir.