Héctor Francesch: «De pequeño miraba los carteles de Abelenda y decía: yo quiero hacer eso»

Fernando Molezún A CORUÑA

A CORUÑA

Gema García

El artista se ha encargado del diseño de la cartelería de las fiestas de María Pita

09 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Héctor Francesch es de esos artistas que ejercen de coruñeses. En su imaginario artístico -un inconfundible y particular mundo plástico con denominación de origen-, se puede oler de una manera u otra la ciudad, desde As Xubias hasta el Millenium. De hecho redefinió los iconos estéticos y espirituales de A Coruña hace unos años en su Suite Coruñesa, un conjunto de ilustraciones en las que el Obelisco se torna en cohete y las hogueras y las sardinas de San Juan se convierten en escudo de la ciudad. No es de extrañar, por tanto, que terminase siendo escogido para diseñar el cartel de las fiestas de María Pita, en el que ha incluido, precisamente, el pictograma que había elaborado de la heroína.

-Es de justicia que le encomendasen esta tarea.

-¡Pues la verdad es que no me lo esperaba! Aunque tengo que reconocer que es un trabajo que siempre he deseado hacer, por la parte romántica que tiene, por lo que significa, desde mis inicios como artista. Recuerdo los carteles de Abelenda, mirarlos ya con ojo de artista cuando era pequeño y Alfonso era uno de los más grandes y decir: yo quiero hacer eso. Pero quiero dejar clara una cosa: yo me he limitado a diseñar el cartel. Todas las aplicaciones que están haciendo de lonas, banderolas, frontales de los escenarios y demás son cosa de la agencia que trabaja para el Ayuntamiento. Yo he marcado una dirección de arte, con una tipografía y una paleta de colores, pero esa manera de jugar con los elementos del cartel, de montarlo y desmontarlo para adaptarlo a los espacios, es cosa suya, y creo que lo están haciendo muy bien.

-¿Cómo fue el proceso creativo?

-Partí de un concepto muy claro, muy básico y sintético, como viene siendo el trabajo que estoy desarrollando en los últimos años. Una forma de expresarme que creo que quedó más clara que nunca con la Suite Coruñesa. Tiene una base de pictograma, que es una imagen básica pero con un mensaje directo y claro, que lo cuenta todo con muy poco. Así que para la elaboración del cartel me centré en tres conceptos únicos: fiestas, agosto y María Pita. Aunque el agosto de este año tenga poco que ver con el verano en lo climatológico. Y con esas tres ideas claras, intentar lanzar un mensaje directo que llegue a la mayor parte de la ciudadanía, que es lo que creo que tiene que hacer un cartel.

 -Parte del concepto deriva de esa reinvención de los iconos de la ciudad de su Suite Coruñesa.

-Es cierto, me sirvió de avanzadilla para hacer el cartel. Siempre tuve ganas de hacer algo sobre A Coruña, que se identificase con la ciudad pero saliéndome un poco de lo que se había hecho siempre: un cuadro con las galerías de la Marina, otro con la torre de Hércules... Quería ir un poco más allá. Así que desarrollé una serie de iconos que representan de alguna manera la esencia de A Coruña. Y ahí incluí la Torre, como no podía ser de otra manera, pero también estaba María Pita, Gerión, los castillos defensores con San Antón al frente, y también fiestas populares como San Juan y sus sardinas, el entroido con los choqueiros de Monte Alto y hasta algo tan coruñés, aunque tan intangible, como es el viento. Era una manera de representar la esencia de la ciudad en ilustraciones que después se aplicaron a un montón de productos, desde libretas a tazas o pegatinas. Y aunque fue concebido como un proyecto pictórico, siempre tuvo una vocación popular. Quería que todo el mundo pudiese acceder a estos iconos.

-Y, finalmente, llegó a absolutamente todo el mundo al convertirse en el cartel de las fiestas.

-Exacto. Es el cartel con mayor visibilidad del año. Y del que todo el mundo opina, para bien y para mal. Y además eso viene a ratificar algo que siempre tuve en mente y es que la Suite Coruñesa se trata de un proyecto de largo recorrido, que tiene muchas aplicaciones y opciones.

-Dice que del cartel todo el mundo opina. ¿Qué es lo que ha escuchado? Le diré que he visto el cartel usado hasta como icono del WhatsApp.

-¡Me alegra! Está claro que mi trabajo no puede gustarle a todo el mundo, si no estaría en Hollywood. Pero sí que me han llegado felicitaciones de gente que no conozco. Gente del mundo del diseño y otros ámbitos creativos que se han molestado en hacerme llegar su opinión, lo que me ha dejado bastante flipado. Eso te da una muestra de la trascendencia que tiene el cartel. Pero habrá también a quien no le guste, claro.

-Al igual que los carteles de Abelenda los suyos corren el riesgo de convertirse en objeto de coleccionismo.

-No estaría mal. De hecho me gustaría sacar una edición firmada y numerada cuando terminen las fiestas. Una impresión en papel de calidad que nos sobreviva a todos.

«Para desconectar necesito irme de la ciudad, pero tal y como está todo no sé a dónde ir»

Con el diseño del cartel de las fiestas de la ciudad, Francesch da por cumplido un sueño tras un año marcado por la pandemia en el que no dejó de crear.

-¿Cómo se planteó el confinamiento?

-Lo tuve claro desde el principio: si el mundo paraba no iba a seguir yo solo funcionando. Seguí trabajando, claro, pero en casa. Como autónomo podía haber ido cada día al estudio a trabajar. Pero estuve siete semanas en casa, que aproveché para sacar adelante una página web y el proyecto de Lascas, una colección de textos de Héctor Pose que tuve la suerte de ilustrar y que se editó como un producto artístico que va más allá de lo que es un libro. Es una caja con una especie de baraja que en cada naipe tiene un relato de Héctor con una ilustración mía, de manera que tiene literatura, una parte de ilustración y otra de diseño. Hasta tiene una parte lúdica. Pude participar en proyectos tan bonitos como este, pero debo admitir que el 2020 fue un año muy malo.

-¿Y qué tal se está portando este 2021?

-La verdad es que de este año no me puedo quejar. Está siendo un año, no digamos extraordinario, pero sí de los buenos. Además, a mi la pandemia, en lo personal, me cogió con mi mujer estudiando oposiciones, y no sabría decirte qué fue peor [Ríe]. Afortunadamente salió todo bien, tiene su plaza, así que hay que celebrarlo.

-¿No se coge vacaciones en agosto?

-Tenía intención de parar, hacer un paréntesis en este año, pero siempre termino yendo al estudio a terminar una cosa u otra. Para parar necesito irme de la ciudad, y ahora está todo tan revuelto que no sé ni a dónde ir.