El cine era esto (gracias, Bond)

Antía Díaz Leal
Antía Díaz Leal CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

PACO RODRÍGUEZ

Tres de las películas de la saga las vi en este mismo edificio... que ya nada tiene que ver con aquel en el que se estrenó «Skyfall», ni siquiera «Spectre»

13 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras sonaba We have all the time in the world en la voz de Louis Armstrong, cerrando con un (precioso) guiño el ciclo de Daniel Craig como James Bond, resultaba imposible no mirar atrás. Con el nudo en la garganta que deja la estupenda Sin tiempo para morir, salimos de los Cantones, y mientras discutíamos sobre la manía de rodar películas larguísimas, los golpes de efecto, el futuro de la saga, los refugios en Jamaica, la divertidísima Ana de Armas, el flojo villano de Rami Malek o las lágrimas (alabado sea Dios) en los ojos del espía más macho del cine, caí en la cuenta de que tres de las películas de la saga las vi en este mismo edificio... que ya nada tiene que ver con aquel en el que se estrenó Skyfall, ni siquiera Spectre. Sin tiendas ya, con una entrada casi escondida, puertas cerradas, y una sensación fantasmagórica que solo desaparece al llegar a las taquillas y descubrir el particular olor del cine. En cuántos edificios abandonados habrá rodado Bond sin saber que aquí tenemos un puñado de centros comerciales fallidos, proyectos que se quedaron a medias o fueron víctimas de otros peces más grandes.

Sin embargo, ahí está el cine, resistiendo como la aldea de los galos, con la sala con una entrada más que generosa. Y en versión original: cuando se estrenó Skyfall, hace nueve años, ver películas sin doblar era complicado. No es que ahora sea jauja, pero si además hablamos de un taquillazo (Sin tiempo para morir sumó 119 millones de dólares en todo el mundo en su primer fin de semana: el primer gran resultado para una película tras la pandemia) todavía es raro, pero qué maravilla. Solo puro cine, porque la felicidad también es ese momento en el que se apagan las luces y contienes la respiración.