
Importantes proyectos de la ciudad dependen de la cooperación entre ambas instituciones
18 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La Xunta y el Ayuntamiento, como las parejas mal avenidas, discuten mucho desde hace una temporada. Hace quince días se pelearon porque María Pita cedió una parcela en el entorno del Novo Chuac que el Gobierno gallego necesitaba para el proyecto. El viernes pasado hubo otra riña, porque el gobierno local dejó pasar una moción del BNG contra la compra de los muelles, que habían pactado con el Ejecutivo gallego. Lo que empezó como el «mandato de la amabilidad», así lo bautizó la alcaldesa, Inés Rey, se parece cada vez más a una comedia de Howard Hawks, pero solo con la parte de las broncas, no del romance. Ambas Administraciones comparten papel protagonista en los grandes proyectos de A Coruña, por lo que una dosis de ese último ingrediente —el romance— es imprescindible para que el público —la ciudad— vea un final feliz. De lo contrario, peligra el éxito en taquilla —las urnas— de la película y sus estrellas, Alberto Núñez Feijoo e Inés Rey.
Novo Chuac
Dónde está el dinero. En un encuentro dichoso, el presidente y la regidora firmaron en febrero un acuerdo para cooperar en la construcción del nuevo hospital. Costará más de 430 millones, y el Ayuntamiento aportará 22,2 para construir los nuevos accesos y adquirir los terrenos. La previsión es que este año María Pita abone los primeros fondos para las expropiaciones, pero por ahora no puede hacerlo. El motivo es que no tiene una partida presupuestaria disponible, porque el Ayuntamiento sigue funcionando con las cuentas del 2020. Para sacarlas adelante, el gobierno de Rey, el PSOE, no ha elegido al de Feijoo, el PP, sino a una formación a su izquierda, la Marea Atlántica. Ese partido dice que no se opone al proyecto, pero en el cine clásico los triángulos siempre enredan la trama, aunque no sea la del Novo Chuac.
Fachada marítima
Tres son multitud. Ese es el caso del futuro de los muelles. En agosto, la Xunta y la Autoridad Portuaria —también dependiente del PP— dieron el visto bueno al Ayuntamiento para que comprase el 75 % de los muelles de Batería y Calvo Sotelo. El Gobierno gallego se había ofrecido primero a adquirir el 51 %, pero cedió el paso a María Pita cuando anunció que quería tener la mayoría con creces. La compra de los muelles por las Administraciones, un plan lanzado por Núñez Feijoo en el 2018, tiene el objetivo de garantizar su titularidad pública y aliviar la deuda que afronta la Autoridad Portuaria por la construcción del puerto exterior de punta Langosteira.
El gobierno de Rey adoptó ese plan en agosto y lo hizo propio, pero el pasado jueves casi dio marcha atrás, al permitir que se aprobase una moción del BNG que les insta a no destinar fondos a la operación. El Bloque llevó la iniciativa, pero la clave es el respaldo de la Marea, la pareja de baile presupuestaria del PSOE, a su moción. La Marea subrayó que no permitirá la compra, y tiene fuerza para hacer valer su palabra en el presupuesto, porque el PSOE les eligió de socio único.
Lo ocurrido llevó a todas las Administraciones del PP a pedir al gobierno de Rey que aclare si mantendrá lo acordado. La regidora y su gobierno, que los populares ven «rehén de la Marea y el BNG», han sido ambiguos.
Intermodal
Desde Madrid con retraso. La construcción de la nueva estación que combinará tren, buses y vehículo privado también depende de un triángulo, el que forman Xunta, Ayuntamiento y Gobierno central. La gran reforma de San Cristóbal, en la que se invertirán más de 75 millones, arrastra más de una década de demora. En el anterior mandato, fue imputable al Ayuntamiento; y ahora está a la espera del Gobierno. Baste señalar que el 2019, el anterior delegado del Gobierno, Javier Losada, anunció que la parte estatal de la obra quedaría lista en el 2022. Pero el proyecto debió irse al pasado, como el Delorian de Regreso al futuro, y los trabajos ni han empezado ni tienen fecha. No ha ocurrido igual con las intermodales de Vigo y Santiago, que sí avanzaron en el tiempo.
Santa Lucía
Ocho años de suspense. En el 2014 se acordó que Ayuntamiento reformase el mercado de Santa Lucía y la Xunta aprovechase para construir un nuevo centro de salud que reemplace al de Federico Tapia. Como ocurrió con la intermodal, el plan quedó parado en el anterior mandato de la Marea por cambios de criterio municipales. En su primer encuentro, el presidente y la regidora acordaron retomarlo. El convenio para impulsar la obra se firmó el año pasado, pero no hay fecha para iniciarla. El Ayuntamiento también necesita incluir fondos en su presupuesto.
Cidade das TIC
Mundo futuro. Es otro proyecto desarrollado entre varios, incluyendo a Defensa y el sector privado. La voz cantante en la creación del nuevo polo de empresas tecnológicas que se ubicarán en la antigua fábrica de armas lo lleva la UDC, que prevé tener listo el primer edificio a finales de este año. Lo financia la Xunta con 4,8 millones de euros. El Ayuntamiento será clave para construir los accesos y dotar de servicios el nuevo complejo.
Xuxán
Planes que salen bien. La cooperación entre Xunta y Ayuntamiento salvó el nuevo barrio de Xuxán en el mandato pasado, y en el actual ambos ayudaron a tramitar la urbanización definitiva, que costará 11,3 millones. El antiguo Ofimático prueba que la colaboración funciona.