Los voluntarios del Banco de Alimentos Rías Altas de A Coruña llegarán este viernes a Polonia
A CORUÑA
Más de 1.400 kilómetros de Bourdeaux, una localidad de Francia, hasta Waidhaus, en Alemania, en el segundo día de viaje
24 mar 2022 . Actualizado a las 18:54 h.Las ganas y la positividad se mantienen en la segunda jornada de viaje de los nueve voluntarios del Banco de Alimentos Rías Altas, que este miércoles partieron con destino Polonia para traer a Galicia a 21 refugiados ucranianos.
Tras una primera jornada de recorrido desde la ciudad herculina hasta Bourdeaux, un pueblo de Francia (no la ciudad), pasando por Asturias, Cantabria y el País Vasco, los nueve voluntarios (a bordo de cinco furgonetas) conducirán este jueves más de 1.400 kilómetros para alcanzar la localidad de Waidhaus, en Alemania con frontera hacia la República Checa, en donde pasarán la noche.
Durante la jornada de este jueves por Francia los voluntarios, que se levantaron a las seis de la mañana para poder llegar al destino marcado para el día, se cruzaron con otra furgoneta española que viaja con ayuda humanitaria para los ucranianos. Además, en una de las paradas en un área de servicio para repostar y estirar las piernas, se encontraron con un francés que regresaba de recoger a unos familiares en la frontera polaca con Ucrania, una mujer y una niña pequeña.
El objetivo del grupo que salió de A Coruña el miércoles, es llegar este viernes a Rzeszów, a 60 kilómetros de Leópolis para descargar los más de 2.000 kilos de ayuda humanitaria que la entidad ha recaudado gracias a la solidaridad de los coruñeses. La recogida de los 21 refugiados que partirán con el Banco de Alimentos a Galicia está organizada por una oenegé ucraniana, a través de la asociación AGA-Ucraína. La lista de las personas que viajarán no se conocerá hasta el momento de entrada en Polonia para coordinar su llegada desde Ucrania a la frontera polaca en autobús.
La vuelta a A Coruña (con parada en Camelle, en donde se quedarán 15 ucranianos, mientras que los otros 6 se establecerán en Culleredo) será seguramente más lenta en función de las necesidades y características de los refugiados. Para poder comunicarse con ellos, los voluntarios se han descargado varias aplicaciones de traducción de voz, ya que desconocen si alguno sabrá español.
En total, el viaje de ida y vuelta alcanza los 6.400 kilómetros. Un recorrido largo, pero con recompensa, la de poder ayudar a quienes escapan del horror.