
Allí crían en 18 hectáreas ejemplares de deporte españoles
18 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.«Comencé viviendo en el espacio físico de una cuadra, 36 metros cuadrados, con un colchón y un cámping-gas», relata el pontevedrés Javier González Fraga, en un resumen espacial de lo que supusieron los inicios de su apuesta personal por montar un centro ecuestre en Sobrado dos Monxes, que ha convertido en el más grande en número de caballos de Galicia. En sus instalaciones hay 300 ejemplares, una cifra similar a la que llevan criados, porque si por algo es referente Marco das Pías es por ser una yeguada profesional de caballos de deporte.
Javier González, de 42 años, es veterinario y jinete profesional, que aún amplió su palmarés en el reciente trofeo Casas Novas. Comenzó a montar a los 7 años sin ningún referente familiar en el mundo ecuestre y, tras estudiar Veterinaria y realizar un MBA, trabajó con caballos en Argentina. «Siempre quise hacer una fábrica de caballos», reconoce. Pese a enfrentarse a la incomprensión familiar por renunciar a una plaza fija del grupo A como veterinario de la Xunta, cogió sus ahorros, vendió un piso heredado y comenzó, en el 2009, un proyecto que, reconoce, le costó poner en marcha por la búsqueda de una ubicación propicia en comunicación, amplitud de extensión y ajustado a sus posibilidades económicas.

Cuenta con 18 hectáreas en las que actualmente se compatibiliza una parte de centro ecuestre, con varias pistas cubiertas y clases de equitación o campamentos para aficionados; una clínica veterinaria centrada en el campo de la reproducción equina, y una yeguada, que se ocupa de la cría de caballos, junto con una parte social, en la que apuestan por la hipoterapia.
No se decanta por una sola de estas facetas. «Todo es importante y no quiero que nada salga mal», comenta, aunque reconoce que la yeguada, económicamente, es lo más relevante. «Tenía claro que quería hacer esto», afirma sin pena por las renuncias. «A día de hoy tenemos la mayor yeguada de caballos de deporte de España, no solo de Galicia, en volumen es un hecho, pero no quiero hablar de mejor», comenta, remarcando que en Marco das Pías solo hay caballos de deporte y receptoras. «Hacemos una cosa que es bastante novedosa, que es embriones in vitro de caballos, hay en muy pocos sitios del mundo en el que se haga, y lo hacemos en colaboración con otros veterinarios. Realizamos congelación de semen y transferencia de embriones», precisa. González explica que así se aprovechan más los recursos.

Allí se crían caballos de deporte de salto y más que de razas habla de procedencia: Francia, Alemania, Holanda y Bélgica. «Los que hago yo es CED, caballo de deporte español, es para darle importancia a la cría de caballo en España», remarca, reconociendo que lo que se busca es una característica genética que potencie las cualidades de los animales, por encima de la raza.
En Sobrado han nacido más de 300 ejemplares. «He vendido alguno a EE.UU., pero lo importante es generar confianza, que lo que dices que es, es lo que sea, cada caballo es diferente y tienes que buscar, en base a las expectativas de la gente, el que se ajuste», comenta.
«El precio medio de los caballos que manejo ronda los 18.000 euros, antes era menor, pero conforme voy evolucionando voy aumentando el valor genético», comenta. «Los márgenes son muy pequeños, alimentarlos tantos años también cuesta, pero los caballos tienen una cosa buena es que así valga un millón o 6.000 euros vas a gastar lo mismo hasta cierta edad», dice. Remarca que «para que un caballo valga un millón tiene que saltar en sitios que, en preparación y tiempo invertido, cuesta más. Es como un jugador de fútbol, si juega en tercera tiene un valor y si lo hace en primera tiene otra». No responde en cuál juegan los suyos y esquiva diciendo que muchos van a La Masía del Barcelona, pero «solo hay un Messi».

«Mi ilusión es ser una de las yeguadas más importantes, un referente»
«Mi ilusión es ser una de las yeguadas más importantes del mundo o ser un referente», reconoce sin querer pecar de soberbia y explica parte del proceso. «Aquí somos capaces desde el momento del espermatozoide y el óvulo llegar a formar un caballo, que se desarrolle hasta añadirle valor y llegar la venta», apunta González, que indica que si bien se pueden desprender de ellos a cualquier edad, la mayoría de aficionados demanda caballos a partir de los seis años. «Es un ciclo de maduración largo, son siete u ocho años poniendo dinero sin recibir un euro», comenta citando los riesgos.