Un ladrón intenta robar en el CEIP Concepción Arenal y deja tras de sí un reguero de sangre

T. rivas / B. Franco A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Restos de sangre en el suelo y la pared de la entrada del colegio
Restos de sangre en el suelo y la pared de la entrada del colegio Bea Franco

Se hirió al acceder a la zona de conserjería y administración que hay en la entrada a través de una ventana corredera

26 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Residentes y comerciantes de Cuatro Caminos llevan tiempo alertando del incremento de la criminalidad que se está produciendo en el barrio y lo vinculan, principalmente, a la presencia de toxicómanos y la existencia de los narcopisos. Hasta ahora, las víctimas habituales de esta inseguridad estaban siendo los negocios de la zona, con los establecimientos hosteleros a la cabeza, aunque también se registraron numerosos robos con fuerza en vehículos estacionados en la calle.

Sin embargo, el último incidente relacionado con ese aumento de la inseguridad que se vive en el barrio tuvo un escenario diferente, el CEIP Concepción Arenal ubicado en la calle Marqués de Amboage. Cuando llegaron a su puesto de trabajo, los empleados del centro educativo se alarmaron ayer por la presencia de sangre en el vestíbulo de entrada al edificio, un reguero que continuaba por las paredes, el marco de una ventana y también en el interior de la zona de conserjería y administración anexa, por lo que solicitaron la presencia de la Policía Nacional, que desplazó hasta allí a varios agentes de la Científica para tomar muestras de sangre y huellas.

Todo parece indicar que una persona entró al edificio entre las 7.30 y las 8.00 horas con la intención de robar. En ese momento de la mañana, el portalón de la entrada está abierto para permitir el acceso de los alumnos que hacen uso del servicio de madrugadores. El presunto ladrón accedió a la estancia en la que se realiza el trabajo administrativo del centro a través de una ventana corredera con cristalera doble que hay en el hall, pero salió sin robar nada. Se baraja la posibilidad de que el caco, al encontrarse cerrada la puerta de comunicación con el resto del edificio, desistió de su cometido. En algún momento de esa entrada o salida violenta, el hombre se cortó y dejó un reguero de sangre que hizo saltar las alarmas del personal del centro. Cuando la policía se personó en el colegio, acordonó la zona con una cinta para facilitar la toma de muestras por los agentes.

No es el único barrio de la ciudad en el que actúan los criminales. En los últimos días en Os Castros se han producido robos, casi todos aprovechando descuidos de sus víctimas. En uno de ellos, el ladrón se llevó un bolso valorado en 5.000 euros. Sin imaginarse siquiera el precio del objeto robado, vació todo lo que había en su interior y lo arrojó al estanque del parque de San Diego.